Hasta 1.200 familias han pedido ayuda este curso por casos de acoso escolar que sufren su hijos de entre 8 y 14 años en los colegios e institutos de la Comunidad. La Asociación Valenciana Contra el Acoso Escolar constata que casi la mitad de estas llamadas de auxilio proceden de la provincia de Alicante, medio millar, otras 600 de Valencia y un centenar de Castellón.

«Si en los centros escolares se cortaran de raíz determinadas acciones y comportamientos los casos de bullying podrían bajar a la mitad», asegura el presidente de la asociación, Francisco Sorolla.

Los últimos datos aportados por la conselleria cifraron en 86 los casos de bullying en la Comunidad. Sorolla asevera que esta diferencia de estadísticas responde a que la administración «únicamente contabiliza las situaciones extremas, cuando ya han adquirido un nivel de gravedad que se hace muy complicado resolverlas. Habitualmente concluyen desplazando de centro a la víctima, no a los agresores. Es injusto».

El menos grave de los casos registrados por la asociación se refiere a «un alumno que ha recibido dos o tres palizas»; y entre los extremos, «el intento de violación de estudiantes de 14 años a un niños de 8 años. Los casos se producen indistintamente en centros públicos y concertados, religiosos o laicos, suelen responder a la falta de una educación en valores», puntualiza.

Sorolla, mediador profesional que ha trabajado como tal en las Naciones Unidas, ha impartido esta semana una conferencia en el Ateneo de Alicante dirigida a padres y profesores porque entiende que la implicación debe darse desde todos los ámbitos, para atajar conductas que ya afectan «a un 60% de los estudiantes, más de la mitad sufre acoso, pero sólo se disparan las alarmas cuando te ha pasado el camión por encima».

Junto al acosador y al acosado destaca una «tercera figura, los espectadores. Si no rieran las gracias se podría reducir el volumen de casos hasta la mitad porque el acosador necesita público para la promoción de una falsa autoestima. Se creen líderes pero encargan el trabajo a otros».

A nivel mundial sitúa Irlanda en la cima del acoso escolar juvenil, donde predomina el catolicismo; después Inglaterra, Rusia y en cuarto puesto, España». En la Comunidad Valenciana la incidencia mayor del bullying se produce «en la zona de la Huerta del Turia y en el sur de Alicante, la Vega Baja en su conjunto, Almoradí sobre todo, y Elche».

Del total de expedientes en los que interviene Avalcae, un 2% proceden del resto del país. Median en nombre de los padres ante la conselleria, la inspección y el profesorado «pero cuando acuden a nosotros es porque ya no ven remedio. Es lamentable que no se actúe de manera preventiva en los centros, se exigen multitud de pruebas para actuar. El acoso psicológico en un colegio es muy difícil de demostrar pero si un niño de 8 años se resiste a ir a clase está claro que pasa algo», subraya. Cuando es necesario recomiendan a abogados y psicólogos. Nuestra actuación es gratuita y altruista».