Quince días después del «puente» de La Almudena, los turistas madrileños han vuelto a ser los responsables de que el sector turístico de la Costa Blanca haya cerrado otro puente, San Isidro, espectacular, con playas, hoteles y restaurantes llenos en un ambiente más propio del verano que de plena primavera, como sucedió en la madrugada del pasado sábado, cuando el termómetro llegó a marcar 24 grados en zonas de costa como Alicante. Cien por cien de ocupación en muchos hoteles y, de nuevo, agotadas las 30.000 plazas de los AVE y Alvia que conectan Alicante con Madrid, principal granero de turistas hacia las playas.

Ayer por la mañana, ocho de los trenes programados por Renfe -todos duplicados- estaban completos y la única posibilidad de viajar hasta la capital de España era en el penúltimo AVE, sólo en Preferente y por cien euros. A media tarde ese tren también estaba ya completo. Los datos ratifican, según los hoteleros consultados por el periódico, la recuperación del turismo nacional en la provincia que ha anticipado, junto al extraordinario momento del mercado extranjeros, incluso, la temporada alta. Mayo y junio se presentan como los mejores meses en primavera desde hace al menos cinco años y «mucho tendría que torcerse la situación económica para que los españoles limitaran sus vacaciones como sucedió en los peores años de la crisis», apuntaron desde la patronal.

La buena coyuntura beneficia tanto al segmento del sector que trabaja con el producto «sol y playa» como al de congresos y viajes de trabajo, que vuelven a generar clientes a los hoteles de ciudades como Alicante, donde, por ejemplo, en muchos establecimientos es complicado encontrar habitaciones libres entre el martes y el sábado si n se reserva con antelación. A los clientes de negocio les suceden los del fin de semana, tanto españoles como extranjeros, éstos últimos vinculados a la compañías aéreas de bajo coste que dejan Alicante a poco más de dos horas de cualquier ciudad europea y benefician, tanto a los turistas extranjeros como a los alicantinos que pueden plantearse un fin de semana de «bajo coste» fuera de la provincia. «Está claro que estamos mejor que hace dos años. Ya 2015 fue bueno pero éste puede ser mejor, pero no por ello hay que dormirse. Tenemos un porcentaje alto de visitantes que han llegado por los problemas en otras zonas como Turquía o Túnez que con el tiempo desaparecerán. Lo que hay que hacer, por tanto, es buscar que se queden», apunta Santiago Martínez-Cava, director del aeropuerto de Alicante-Elche.

Uno de los acontecimientos que tirarán de la ocupación, sobre todo en la ciudad de Alicante, en los meses anteriores a julio serán las fiestas mayores de la ciudad, las Hogueras de San Juan que cuentan este año en su «cartel» con la corrida de toros en la que van a coincidir los hermanos Manzanares con José Tomás, que pasa por ser el diestro más taquillero del mundo. Los abonos vuelan, algunos restaurantes tienen ya comprometidas sus mesas para el viernes 24 de junio y, según apuntaron ayer fuentes de la Asociación de Hoteles, van cubriéndose las reservas a un ritmo nunca visto, y a cinco meses de la corrida de toros empiezan a quedar pocas plazas para ese fin de semana y con precios de hasta 500 euros/noche la habitación doble, cuatro veces más que el próximo sábado.