¿Comen los jeques huevos alicantinos? Seguramente, porque una parte de la producción de las granjas avícolas de la provincia se exporta a los Emiratos Árabes, así como a China, gracias a los contenedores refrigerados con que se envían a ultramar, aunque también se venden a otros países de la Unión Europea. «Tenemos huevos de mucha calidad, porque cumplimos una seguridad alimentaria muy estricta y el producto es muy valorado en el exterior», señala Luis Fernando Grand, veterinario y responsable de producción de granjas avícolas, quien participa en la campaña «El huevo, de etiqueta», que ayer llegó al Mercado Central de Alicante donde los hay de gallina, avestruz o codorniz, para informar a los consumidores sobre su etiquetado y marcado.

«El huevo español es bueno, somos una potencia productora de huevos, de hecho producimos un 120% de la demanda, por lo que acabamos exportando huevos a otros países, y lo hacemos además muy barato», profundiza Grand. En la provincia de Alicante hay 23 granjas avícolas, la mayoría son pequeñas, con una media de veinte mil gallinas en cada una de ellas, cuya producción suele acabar en manos de los distribuidores finales, según datos de la Organización Interprofesional del Huevo y sus productos, que depende del Ministerio de Agricultura. Unas cifras que quedan aún lejos del millón de gallinas que hay en algunas granjas de la provincia de Valencia, que acapara el sector en la Comunidad, lo que supone que exportan en mayor cantidad. Sin dejar de ser una producción más local, cada vez salen más huevos desde Alicante para consumo en el extranjero. En total en la provincia hay unas 254.000 gallinas ponedoras, que producen alrededor de 5,6 millones de docenas de huevos al año, la mayoría, el 93% en jaula, y sólo un 7% se cría con sistemas alternativos, como campero, en suelo, o de producción ecológica.

«Hay que saber elegir el sistema de producción. Nosotros no podemos recomendar ninguno pero sí damos el abanico para que la gente pueda elegir lo que están buscando», indicó Grand. El sistema de producción de cada huevo corresponde al primer dígito del código impreso en la cáscara, y el resto sirven para identificar la provincia, el municipio y la granja de origen. Es lo que se intenta aclarar en la campaña «El huevo, de etiqueta», que desde hace dos años se realiza en los mercados españoles, después de que una encuesta encargada por el Ministerio de Agricultura revelara que apenas un 1% de la población identifica el significado del código impreso en la cáscara y que un 65% de los consumidores lo relaciona con la fecha de consumo preferente.

«La mayoría no entiende cómo se producen los huevos en la Unión Europea ni la información del envasado», explicó Mar Fernández, directora de la Organización Interprofesional del Huevo, que ideó esta campaña. «Queremos que sepan qué es lo que pasa antes de que el huevo llegue a su mesa, informar a los consumidores de la mano de los productores, que están haciendo un gran esfuerzo de bienestar animal, sobre qué es lo que pasa en las granjas, para que sea un producto de confianza».

Entre las dudas, «¿por qué hay huevos pequeños y grandes?, ¿blancos y morenos?». «Además, se asocia la calidad a los huevos más caros cuando no hay mejores ni peores, sólo hay diferencia en costes, porque todos cumplen requisitos muy exigentes». Y entre los mitos, el de la nutrición. «Consumir un huevo al día no es un problema para una persona sana y sin alergias». Cada alicantino toma 138 huevos al año, tres más que la media española.