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Codoñer: «Nos preocupa que el cambio de horario escolar genere problemas de alimentación»

La obesidad se ha convertido en el gran caballo de batalla de los pediatras

Pilar Codoñer participó recientemente en un congreso en el Colegio de Médicos. jose navarro

La sociedad que usted dirige ha mostrado su preocupación por cómo puede afectar el cambio de horario escolar a la alimentación de los niños, ¿han tenido ocasión de reunirse ya con la conselleria?

Aún no, pero vamos a hacerle llegar una petición, a través del Colegio de Médicos de Valencia, mostrando nuestra preocupación por el pretendido cambio de horario escolar. Esto puede plantear problemas de alimentación. Los niños tienen que comer cada 3-4 horas para prevenir la obesidad. Hay que hacer un desayuno bien hecho, un pequeño almuerzo a mitad de mañana, la comida, merienda y cena. Además, los horarios de comida deben ser, para los más pequeños entre las 12 y 13 horas, y para los mayores de 13 a 14 horas. Hay que aclarar cómo lo van a hacer los colegios. Si la solución es darles a media mañana un bocadillo, eso va en contra de todas las normas contra la obesidad.

¿Beneficia la jornada escolar al rendimiento de los niños?

No quiero entrar en el tema de rendimiento. Pero por salud, el niño no puede estar tantas horas sin comer y si come debe hacerlo bien.

El Colegio de Médicos de Alicante ha acogido estos días el XXXII Congreso de la Sociedad Valenciana de Pediatría, ¿qué temas les preocupan a los pediatras?

Todo lo que concierne al niño, la salud integral de la infancia. Pero este año hemos escogido un lema muy de actualidad, como es el estudio de la patología del niño crónico, porque la cronicidad implica a la familia, a su desarrollo, su provenir. No es sólo la parte médica, sino también la psicológica y social la que nos interesa.

¿Hay muchos niños con enfermedades crónicas?

Hay cada vez más, lo cual es un índice de la bondad de nuestro sistema sanitario. Si había niños que antes se morían en un episodio agudo grave, esos niños ahora no mueren, pero sí que quedan con secuelas. Por ejemplo, niños con un episodio de hipoxia cerebral al nacer, no se mueren, pero sí que van a acarrear toda su vida una parálisis cerebral. Los niños con fibrosis quística ahora reciben tratamientos adecuados que pueden mantener años, hasta la época adulta. Pero todo esto genera situaciones que antes no teníamos.

¿Están recibiendo en sus consultas a niños con patologías crónicas propias de adultos?

Sí, ya nos encontramos a niños con patologías que eran muy típicas de la edad adulta pero que ahora aparecen también en niños, como la diabetes tipo 2. Antes veíamos casos de diabetes tipo 1 con un factor genético o ambiental, pero muy diferente a la 2. Sin embargo, ahora hay una epidemia de obesidad muy importante y las comorbilidades de la obesidad aparecen y una de ellas es la diabetes tipo 2. También vemos casos de hipertensión. Antes veías algunos casos, asociados a problemas de riñón, arteria real... problemas muy definidos. Ahora vemos a niños con hipertensión secundaria a la obesidad, como los adultos.

Por mucho que insistan los pediatras, parece que los padres no acaban de aprender la lección de la nutrición.

No sólo hay que culpar a los padres. Es la forma de vida de la sociedad actual. El niño cada vez se mueve menos, pero porque no puede moverse más. Antes el niño salía del colegio y se iba con sus amigos a la calle a jugar toda la tarde. Ahora salen del colegio, se va al parque un rato y luego a casa porque tienen que hacer los deberes y si no están con la consola o con el ordenador, pero no se mueven.

¿Por qué cada vez hay más niños asmáticos y con alergias?

Hay una teoría, la de higiene. Cuanta más esterilidad e higiene se tiene al principio de la vida, el sistema inmunológico no se entrena y reconoce lo propio como extraño. Esa es la base de la alergia. El sistema no está entrenado para defenderse.

O sea que los niños deben manchare.

Sí, se tienen que manchar, tienen que tocar el suelo...

Esta generación de padres tan informados, ¿les está dando mucha lata a los pediatras?

Yo diría mal informados. El problema de una información sin un control riguroso por parte de un profesional es que te puedes encontrar información falsa o no del todo adecuada.

Los psicólogos y psiquiatras lanzan la voz de alarma porque estamos haciendo una generación de niños sobreprotegidos, ¿comparten los pediatras esta preocupación?

Sí, los niños están acostumbrados a ser el centro de todo, todo gira en tono a ellos y cuando tienen una frustración o una negativa, no saben cómo enfrentarse a ello. Eso en la edad pediátrica crea rabietas y trastornos de conducta y cuando son adolescentes o adultos es un problema, porque no han aprendido la capacidad de saber reaccionar frente a la frustración. La vida no es un camino de rosas y todos debemos saber enfrentarnos a ella. Hoy en día evitamos todo tipo de frustración y mal trago a los niños, cuando realmente la vida no es así.

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