En el despacho de Francisco José Gallego, profesor de Videojuegos e Inteligencia Artificial en el grado de Ingeniería Multimedia de la UAIngeniería MultimediaUA, parece que el tiempo se haya anclado en los años 80. Aunque hay algún ordenador actual, la mayoría tienen más de 30 años y es con ellos con los que enseña a programar y a crear juegos de ordenador a sus alumnos. ¿Es que la Universidad de Alicante no tiene dinero para modernizar el material informático? «No es eso», aclara riendo el profesor. «Utilizamos estos aparatos por una razón educativa. Estos ordenadores están muy limitados en sus capacidades y al ingeniero le exige mucho para sacarles provecho mientras que en los ordenadores actuales hacen falta menos habilidades de programación porque muchas de las cosas las hacen solos». Además, tal como señala Gallego, las bases de las máquinas actuales son las mismas que las de las computadoras de los años 50. «Todas se basan en el modelo Von Neumann», y para sacar partido a las antiguas hay que conocer bien como funcionan y eso posibilita obtener más rendimiento luego de las modernas».
Los aparatos que Francisco José Gallego tiene en la Politécnica no son de la Universidad sino de su propiedad. El ingeniero dispone de una docena de ordenadores y consolas que utiliza en sus clases. Y es que es un apasionado de la programación y los juegos desde los 4 años de edad cuando, según confiesa, logró que funcionara una mini consola que su prima había tirado. «Me estoy planteando buscar ordenadores aún más antiguos», afirma, convencido de que ese esfuerzo que supone a los estudiantes hacer juegos para aparatos de 128 bites mejora notablemente su preparación.
Para incentivar a los alumnos, desde el grado de Ingeniería Multimedia llevan tres años organizando un concurso de creación de videojuegos en ordenadores antiguos. Concretamente, los estudiantes han de realizar un juego para un ordenador Amstrad cpc 464 de 1984. El éxito de las dos ediciones anteriores ha provocado que este año el concurso se amplíe a nivel internacional. «Además de que hay mil euros en premios, a los chavales les sirve su participación para ver cuál es su nivel», ha indicado el profesor. El año pasado se presentaron a concurso 36 trabajos y el ganador fue Toni Ramírez con un juego del espacio con una heroína como protagonista.
Tras meter un casete en el aparato, uno recupera la vieja sensación de impaciencia mientras el juego tarda unos minutos en cargarse, y de inmediato aparece un muñequito femenino saltando y disparando como en los juegos de hace 30 años. Igual de reconocible es esa musiquilla machacona de los antiguos juegos que por sí sola remite a uno al pasado. «Este juego hace un guiño a la vieja saga Moves. Mucha gente se inspira en los juegos clásicos y les hace una especie de homenaje» relata Gallego mientras muestra las carátulas de un juego de Indiana Jones y otro con Yoda de la Guerra de las Galaxias en la portada.
Curiosamente hay mercado para este tipo de juegos. «La semana pasada compré este», indica el programador mostrando un disquete de un juego llamado «Adiós a la Casta» en el que el protagonista llamado Coleta Morada va por las pantallas lanzando cosas a un muñequito con la barba de Rajoy. «Es como un juego clásico, pero han modernizado el tema», eso sí, en un ordenador con mil veces menos frecuencia de proceso que los actuales.
