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Análisis

El lío de la libertad comercial

El alcalde no puede olvidar que sólo tiene 6 votos y necesita pactar con otros grupos una alternativa a su «abierto total»

Las grandes superficies de Maisonnave no pueden abrir los domingos desde enero. jose navarro

Las idas y venidas del alcalde, Gabriel Echávarri, alimentan la incertidumbre acerca del camino que tomará la libertad comercial en la ciudad. Tras cerrar Maisonnave los festivos, tratar de implantar dos meses más tarde un «abierto total» del comercio sin consensuarlo antes y después de enrocarse en que el debate estaba cerrado, el primer edil dio otro giro a principios de semana. Mostró su intención de volver a llevar al pleno por urgencia su propuesta de permitir a todas las grandes superficies grandes superficiesde la ciudad (incluidas las de los barrios) abrir todos los días del año. No tardó en dar marcha atrás para evitar, por segunda vez, que el pleno tumbara su propuesta al no contar con los votos suficientes. Para lograrlo, Echávarri está forzado a negociar una alternativa a su «abierto total» y sus socios, al igual que la oposición, le exigen que busque un amplio consenso y que deje de ir por libre.

La decisión del primer edil de no dar por zanjado el debate se produce después de conocerse el informe de la Abogacía de la Generalitat, que cuestiona el cierre de Maisonnave en festivos que el tripartito con el único apoyo de Ciudadanos acordó en octubre y que el Consell ratificó para que entrara en vigor en enero. En la última semana también se ha conocido el informe de la Secretaría del Consejo para la Unidad de Mercado del Ministerio de Economía que, en respuesta a tres centros comerciales, rechaza la restricción de los horarios comerciales que defiende el tripartito y considera que las diferencias entre operadores generan desventajas.

Estos dos informes han hecho que el primer edil haya pasado del «debate está cerrado» a querer reabrirlo. Una política de bandazos e incoherencias que no entienden ni sus socios de gobierno ni desde la oposición. El alcalde no puede seguir obviando que tiene seis concejales y que para sacar adelante una propuesta necesita, como punto de partida, 15 votos. La condición para tenerlos pasa por tener un consenso amplio del sector comercial y eso tampoco puede olvidarlo. Está abocado a pactar.

Primero lo intentó con la oposición, pero el mes pasado sólo logró el apoyo de Ciudadanos, pues el PP le retiró el respaldo al constatar que la propuesta de Echávarri no había sido consensuada con el pequeño comercio. Los populares pusieron sobre la mesa una alternativa para reabrir Maisonnave de manera inmediata y establecer una apertura progresiva en la ciudad. El primer edil descartó valorarla y, pese a no contar con los apoyos suficientes, llevó su propuesta al pleno aún a sabiendas que estaba abocada al fracaso. Y a punto ha estado Echávarri de repetir el mismo error. Si no quiere tropezar de nuevo con la misma piedra, debe sentarse a dialogar y conciliar intereses: con sus socios, con la oposición, con el comercio y con todos los sectores implicados. Hay que tomar una decisión de ciudad.

Sus socios de gobierno le piden que tenga en cuenta la posición del Consell, quien tiene la potestad de aprobar las Zonas de Gran Afluencia Turística (ZGAT) con libertad horaria para las grandes superficies. Echávarri, por su parte, lanzó un nuevo órdago al Consell asegurando que «Valencia no va a decidir lo que tenemos que hacer en Alicante». A diferencia de lo que opina el PP, Echávarri cree que la responsabilidad, en caso de recursos judiciales, sería del Consell por ser el que validó el cierre de Maisonnave que pidió el Ayuntamiento en octubre.

Bajo el argumento de que el recurso de la gran superficie de Maisonnave podría prosperar ante un juez, el alcalde retoma su propuesta sobre la libertad comercial, asegurando que en caso de que un juez la implante no podrían negociarse mejoras laborales para los empleados. Pero eso no es suficiente para que sus socios de Guanyar y Compromís se replanteen su «no» rotundo al «abierto total» del alcalde. Los primeros, más reacios, sólo apoyarían una propuesta que generara un consenso «total» con el pequeño comercio y los sindicatos, mientras Compromís aboga por consensuar un máximo de festivos al año en el que todas las grandes superficies de la ciudad puedan abrir.

Echávarri está abocado a lograr un acuerdo si quiere cambiar la actual situación, en la que ninguna gran superficie de la ciudad ni siquiera las de Maisonnave, indiscutible arteria comercial de la ciudad puede abrir todos los domingos y festivos del año. Un escenario que choca con la realidad, en la que cualquiera puede comprar lo que quiera a cualquier hora a través de internet y en la que proceso de liberalización parece imparable.

Por el momento, el primer edil sólo ha encontrado el apoyo de Ciudadanos y no es suficiente para sacar su propuesta adelante. Además, el grupo de José Luis Cifuentes anda molesto con el primer edil por su negativa a abrir un proceso de diálogo y consenso con todos los sectores implicados. De hecho, el regidor rechazó en el pleno de esta semana una propuesta de C's para crear una mesa de trabajo donde buscar una solución consensuada. Este grupo se muestra dispuesto a negociar una liberalización comercial «por fases». «Ya está el Consejo de Comercio», adujo el alcalde para rechazar la mesa de trabajo planteada por C's, obviando que no permitió debatir ninguna de las propuestas sobre la libertad comercial en este órgano consultivo antes de llevarlas al pleno de marzo. Ni la suya para abrir todas las grandes superficies de la ciudad ni la alternativa del PP.

Esta es la situación de incertidumbre en la que se encuentra la ciudad. El alcalde no puede perder, de nuevo, la oportunidad de conciliar intereses y de abrir el debate para definir la estrategia comercial de la ciudad, que no puede supeditarse a los bandazos. Unos cambios difíciles de entender y que evidencian la falta de un modelo comercial para la que es la segunda ciudad de la Comunidad Valenciana. Es momento de dialogar y buscar una solución consensuada.

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