Aumenta la presión sobre los regantes del trasvase del Tajo. Los agricultores de Castilla-La Mancha han iniciado este año con dos semanas de antelación la temporada de regadío en la cuenca desde donde parte el agua del trasvase Tajo-Segura. Una decisión que podría ser anecdótica pero tras la que se esconde una maniobra estratégica dirigida a impedir que el nivel de agua embalsada en el complejo de Entrepeñas y Buendía alcance los 580 hm3 -ayer tenían 560 hm3-, lo que daría cobertura legal a que los regantes del Segura pudieran recibir 30 hm3 al mes durante los meses del verano, y no los 10 hm3 que reciben actualmente y que no son suficientes, según denuncia Ángel Urbina, presidente del SAT San Enrique y del Cuarto Canal de Riegos de Levante. Y todo con el Ministerio de Agricultura mirando hacia otro lado, y el Duero y el Ebro desbordándose por las lluvias de las últimas semanas y el deshielo.

«Es triste que no se aplique ni se planee la interconexión de la cuenca media del Duero, Tajo o Ebro con el trasvase Tajo-Segura. Sería la única solución viable para acabar con el problema del agua en España. Es fácil técnicamente pero falta valor político», subrayó Urbina.

La cuenca del Tajo está esta semana al 68% de su capacidad con 7.450 hm3 de agua embalsada, pero para transferir a la provincia sólo se contabilizan los recursos del Alto Tajo, los de Entrepeñas y Buendía, que están en los 560 hm3. Para colmo se ha autorizado un desembalse desde Bolarque hacia Aranjuez de 10,65 m3/s en vez de los 6 m3/s que recoge la ley, lo que representa el envío de 400.000 m3 de más todos los días, que «al mes son 12 hm3 vaciados sin razón, mientras se necesitan en Alicante», aseveró Urbina.

Expertos de las universidades de Alicante, Barcelona y Manchester advirtieron esta misma semana en un seminario sobre la gestión de la sequías de que si el Ministerio de Agricultura no reequilibra los recursos hídricos del río Tajo será imposible mantener abierto a medio plazo el trasvase Tajo-Segura. El problema, según subraya Antonio Rico, codirector de la jornada organizada por el Instituto Interuniversitario de Geografía, es que ahora mismo y tras las últimas lluvias se ha demostrado que el Tajo lleva caudal suficiente -7.500 hm3 esta semana en la que lleva más agua incluso que la del Ebro- pero se concentra en su curso medio y no en la cabecera, donde arranca el trasvase, donde sólo están el 7% de los recursos. «Es urgente que se afronte una nueva regulación porque de no ser así la sequía acabará con el trasvase sin necesidad de recursos judiciales», subraya el catedrático Antonio Rico.

El Europarlamento ha instado al Gobierno a poner en marcha las desalinizadoras recordando que estas infraestructuras fueron financiadas con fondos de la UE. Sin embargo, el agua de la desalinización tiene un coste que oscila entre 0,70 a 0,90 euros por metro cúbico y un consumo de energía de 3,5 a 4,5 kWh/m3, mientras el trasvase Tajo-Segura, vital para las regiones de Murcia y Alicante, proporciona agua a 0,10 ?/m3 y con un consumo de energía de tan sólo 1,1 kWh/m3. Algo que complica su uso para la agricultura. En Barcelona, por ejemplo, cuando hay agua, la desalinizadora del Prat de Llobregat es testimonial.