La Concejalía de Urbanismo concedió la licencia de obra para la posible transformación de la segunda planta del monasterio en hospedería al entender que «le viene bien al edificio que tenga uso, le protege del abandono y la destrucción». Así lo afirmó el arquitecto Rubén Bodewig, que visitó el monasterio junto a otra técnico municipal antes de emitir la autorización, sujeta también a la protección de determinados elementos arquitectónicos durante los trabajos. «Fuimos a supervisar. Se trata de habilitar una zona vacía del convento y convertirla en dormitorios para uso interno de ellas o hospedería monástica». El edil de Cultura, Daniel Simón, dijo que en principio serán «celdas» para religiosos.