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La provincia suma en un año otras 5.000 mujeres mayores que viven solas

La mitad de las personas que residen sin compañía en Alicante tiene más de 65 años

Imagen de archivo de una persona mayor en la calle. RAFA ARJONES

El número de mujeres mayores de 65 años que residen solas en la provincia ha aumentado en casi 5.000 en un año, según los datos de la última Encuesta de Hogares del Instituto Nacional de Estadística (INE). En 2014 se calculaba que los domicilios en los que vivía una mujer de más de 65 años sin compañía eran 56.800, mientras que en 2015 la cifra ascendía a 61.500. Las mujeres mayores conforman el grueso de los hogares unipersonales en los municipios alicantinos, hasta el punto de que el incremento que han experimentado es determinante para que también haya crecido en conjunto el número de personas que viven solas, tanto mujeres como hombres y de cualquier edad.

La provincia de Alicante responde de esta manera a un patrón generalizado en toda España, ya que cada vez son más las personas mayores que viven solas, especialmente las mujeres. En ello influyen de manera decisiva aspectos como el progresivo envejecimiento de la población: la longevidad aumenta, al tiempo que el descenso de la natalidad merma el relevo generacional. También hay que tener en cuenta que esa longevidad se produce en unas condiciones de salud mucho mejores que en épocas anteriores, y que eso favorece que las personas mayores tengan autonomía suficiente para vivir solas, incluso a edades bastante avanzadas.

El hecho de que este fenómeno sea sobre todo femenino responde, por otra parte, a cuestiones más de tipo social, tal y como han señalado en diversas ocasiones expertos en demografía consultados por este periódico. Tradicionalmente, la mujer se ha adaptado con una mayor facilidad -lo que no quiere decir en absoluto que fuera por decisión propia- a vivir en soledad, bien porque permanecían solteras o porque se quedaban viudas. Esta situación en parte se sigue dando, como lo demuestra el hecho de que 48.200 de las 61.200 mujeres mayores que viven solas son viudas. Eso sí, ha cambiado algo fundamental: la soledad ya no es ningún estigma, sino que en muchos casos se escoge por voluntad propia y, sobre todo, ya no se ve como una especie de condena al ostracismo.

Así las cosas, en casi la mitad de los hogares unipersonales de la provincia vive alguien mayor de 65 años. En concreto, en 90.900 de 192.200. El número de hombres mayores que residen en soledad también aumenta de manera progresiva, en parte por los mismos factores de envejecimiento y longevidad, y también porque va cambiando, aunque poco a poco, el rol masculino de no aceptar o no adaptarse a la soledad. En total, los mayores que viven solos son conforman un 24% del total de personas con más de 65 años en la provincia, y constituyen un 12% de los hogares existentes.

Más treintañeros en soledad

El cambio en las pautas sociales en torno a vivir en soledad se aprecia de manera muy significativa en la franja de entre los 35 y los 39 años. Según el INE, hay 13.500 personas de ese grupo de edad que viven solas, 8.900 hombres y 4.500 mujeres. El número ha crecido en un año de manera significativa en ambos sexos, especialmente en el masculino; se trata, además, de la única franja en la que el número de hombres solos supera al de mujeres que no conviven con ninguna otra persona.

Más del 25% de los hogares de la provincia son unipersonales, una cifra que no deja de crecer. La estadística muestra cómo los tipos de familia, o incluso la propia composición de las viviendas, es cada vez más heterogénea. Así, los hogares monoparentales son ya 76.500 -un 10,2% del total-, y aumentan de manera llamativa los conformados por una pareja con un único hijo. Pero también, y esto sorprende más, aquellos donde conviven personas sin ningún vínculo familiar entre sí, que pasan de ser 15.100 a 15.400.

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