El alcalde socialista, Gabriel Echávarri, ha fracasado en su intento de abrir todas las grandes superficies de la ciudad, incluidas las de los barrios, durante todos los domingos y festivos del año. Sólo Ciudadanos apoyó ayer al PSOE en el «abierto total» del comercio que planteaba. El tripartito evidenció su división con el voto en contra de Guanyar y Compromís a la propuesta del PSOE por considerar que va en contra del pacto de gobierno y por la falta de «consenso» con el pequeño comercio y los sindicatos. Una ausencia de acuerdo que también esgrimió el principal grupo de la oposición (PP) para oponerse al planteamiento de Echávarri. Así, por 12 votos a favor y 17 en contra, el pleno rechazó la polémica propuesta del alcalde.

Tampoco salió adelante la alternativa que planteaba el PP de reabrir inmediatamente Maisonnave los domingos y festivos para regresar a la situación que los populares acordaron en el anterior mandato y que el tripartito prohibió desde enero y que el resto de grandes superficies de la ciudad ubicadas en los barrios sólo lo hiciera en periodos festivos de Semana Santa y verano (en Navidad ya pueden hacerlo). El PP se quedó sólo en su propuesta y cargó contra la falta de diálogo del alcalde, que ya advirtió que sería «o todo o nada».

De esta forma, la ciudad mantendrá la situación actual, en la que ninguna gran superficie de la ciudad puede abrir todos los domingos y festivos del año, ni siquiera las de Maisonnave. Este escenario se da desde que el tripartito (PSOE, Guanyar y Compromís) decidiera con el apoyo de Ciudadanos que la principal avenida comercial de la ciudad quedara excluida de la Zona de Gran Afluencia Turística (ZGAT) del centro en el pleno de octubre de 2015, deshaciendo la medida que dos años antes acordó el PP y que entró en vigor en enero, cuando las grandes superficies de Maisonnave dejaron de abrir todos los festivos del año.

En un giro de 180 grados y sin consenso con el pequeño comercio ni con sus socios de gobierno, Echávarri llevó hasta el pleno de ayer su propuesta de pasar a un «abierto total» en la ciudad. Una «incoherencia» y una «falta de diálogo» que le reprocharon desde dentro y fuera del equipo de gobierno. El regidor llevó su propuesta al pleno bajo la fórmula de Declaración Institucional, que limita a tres minutos el tiempo de intervención por grupo y que impide la posibilidad de réplica. El alcalde, como tal, sí pudo intervenir para cerrar el debate sobre su propuesta y lo hizo cargando, en un tono crispado, contra el Consell que lidera Puig acusó al director general de Comercio, Natxo Costa de venir a Alicante «a pasearse» y contra los comerciantes que se oponen a su abierto total y apoyan la reapertura de Maisonnave se refirió a ellos como «los voceros del corralito».

También arremetió contra la concejala Nerea Belmonte, que ayer se estrenó en el pleno como edil no adscrita y en su corto turno de palabra los portavoces pactaron limitar a un minuto sus intervenciones y a medio en los casos de réplica acusó al alcalde de «incoherente» y de ir en contra de su programa electoral y del pacto de gobierno. «Lecciones de coherencia las justas cuando está agarrada con las uñas 'garrapateando' su silla de concejala del Ayuntamiento», le espetó Echávarri, quien defendió su cambio de postura sobre la libertad horaria en que las «razones, que no excusas» que argumentó para reducir la ZGAT ya han cambiado, en alusión al «pacto de caballeros» que según aseguró había alcanzado con las grandes superficies para crear empleo y evitar así que los empleados trabajasen más de trece festivos a lo largo del año.

La escenificación de la fractura del tripartito en el pleno con la total ruptura del voto en un asunto de relevancia se dejó ver desde el mismo debate. El vicealcalde y portavoz de Guanyar, Miguel Ángel Pavón, ahondó en que la propuesta de Echávarri «no cuenta con el consenso del comercio, ni del equipo de gobierno ni de los sindicatos». «Somos coherentes y fieles al pacto de gobierno», subrayó Pavón, quien discrepó que la ampliación de la ZGAT a toda la ciudad fuera a crear empleo de calidad, como sí defendió el alcalde. La otra pata del tripartito, Natxo Bellido (Compromís), puso el foco en que la «realidad no ha cambiado tanto» como para variar el sentido del voto emitido hace cinco meses.

Por su parte, el portavoz del PP, Luis Barcala, consideró que el giro del alcalde sólo se justifica en que «ha sido un error» cerrar Maisonnave y también le instó a crear una mesa de diálogo para debatir el modelo comercial. Ciudadanos, que al igual que el PSOE ha modificado su criterio al ponerse de nuevo del lado del alcalde para apoyar la apertura de todas las grandes superficies, trató de justificar sus vaivenes en que buscan una «igualdad de oportunidades». Pese a su apoyo al alcalde, José Luis Cifuentes también criticó la «falta de diálogo».