La Semana Santa de Alicante se reanudó tras la suspensión de las procesiones del Lunes Santo a causa de la lluvia en un ambiente algo desangelado por temor a nuevas precipitaciones y de luto por los atentados de Bélgica. Los pasos del Cristo del Mar y Nuestra Señora de los Dolores lucieron crespones negros por las víctimas durante todo el recorrido; lo mismo que el Ecce Homo y Nuestra Señora de la Amargura; y que los tronos de Nuestro Padre Jesús y la Virgen de las Penas, que hicieron extensivo el duelo a las jóvenes fallecidas en del accidente de autobús de Tarragona. En el caso de Stabat Mater, la hermandad de Maristas optó por rezar una oración antes de iniciar la estación de penitencia «por las víctimas, sus familiares y por los fanáticos verdugos», dijo el hermano mayor, Miguel Brugarolas.

Pese al frío arranque, la noche se fue animando en el entorno de los templos de partida y en la Carrera Oficial de la Rambla. La primera hermandad que salió a la calle fue el Ecce Homo, ya oscureciendo. Primero el paso de misterio del imaginero Castillo Lastrucci, que data de 1954. Después la Virgen de la Amargura, del mismo autor, ambos tronos con su cuerpo de acólitos. Entre marchas procesionales e incienso avanzaron desde la parroquia franciscana en dirección al centro de Alicante, estrenando cruz y faroles de guía en caoba y plata, de estilo barroco, diseñados por orfebrería Orovio de la Torre. También es nuevo, aunque está en su primera fase de ejecución, el juego de cuatro ciriales que lucieron, en caoba y plata. Asimismo, estrenaron mástil estandarte en los mismos materiales y vistieron al Cristo con una túnica bordada en hilo de oro, donada por la hija del fundador de la cofradía y presidente en los años 50.

Si llamativa es la salida de esta procesión, no le desmerece en absoluto la del Cristo del Mar, talla de 1942; y, sobre todo, del paso de palio de Nuestra Señora de los Dolores, de autor anónimo, y San Juan de la Palma, imagen napolitana de finales del siglo XVI. La plaza de Santa María siempre se llena de público para ver la salida de la basílica, y ayer también ocurrió. La procesión comenzó con una hilera de nazarenos y a continuación tres damas de mantilla portando el fajín de Almirante de Honor de la Armada Espan?ola. Luego asomó por la cancela el Cristo con su red de pescadores y cuatro cirios rojos en las esquinas del trono al compás de un nuevo estilo en su acompañamiento musical al eliminarse los tambores y agregarse este año una agrupación que arrancó con rítmica marcha procesional. Llevaba además el paso el relicario de San Felipe Apóstol.

Cuando la imagen descendía por Villavieja en dirección al Casco Antiguo, se preparaba para salir el paso de Nuestra Señora de los Dolores. Con un silencio sepulcral en la plaza, sólo se escuchaba al capataz animar a sus costaleros. «Ahí va, venga valientes. Arriba», les gritaba mientras, de rodillas, atravesaban el portón de Santa María dado que de otra manera el palio, uno de los más altos de España, no pasa. Una salva de aplausos y una lluvia de pétalos de flores agradecieron el esfuerzo y después sonaron las campanas. La Virgen lucía el manto de las palomas. Delante, en la comitiva de damas de mantilla, iban la Bellea del Foc y sus damas, así como la bandera de honor de la Semana Santa.

Cuando ya la procesión estaba en la calle se iniciaba el desfile de la hermandad de Stabat Mater desde Nuestra Señora de Gracia, encabezado por numerosos niños vinculados al colegio Maristas, que surte de participantes todos los cuerpos de la procesión, desde las damas de mantilla a los costaleros que portan el segundo trono más grande de la Semana Santa alicantina tras la Santa Cena, original del escultor local Remigio Soler con cinco imágenes de madera policromada. Tienen banda de tambores propia así como de cornetas, y ayer estrenaron un nuevo incensario para el cortejo. El público aplaudió los costosos giros de tamaño trono en un recorrido anunciado por la corneta y el incienso.

Por último, Nuestro Padre Jesús salió desde la Concatedral de San Nicolás, con la talla del Nazareno que data de 1942 y la más reciente Virgen de las Penas, estrenando pañuelo y enagua con encajes del siglo XIX. El Cristo lució un rosario de la basílica mexicana de Guadalupe. Numeroso público acudió a la salida desde San Nicolás y se sumó al recorrido, cuando la banda tocó la marcha «Nuestra madre sube por Labradores». Las dos imágenes iban protegidas contra la lluvia con un barniz que repele el agua formulado por nanotecnología por una empresa alicantina (Giner y Mira). Esta sustancia, denominada «Neverwet», crea una película que repele el agua sin dañar el material original y se puede aplicar hasta en pan de oro.

Esta procesión fue la última en salir pero no en recogerse tras el Encuentro de sus imágenes en la plaza de Abad Penalva. Le superaron el Ecce Homo, que también celebró un Encuentro antes de recogerse; y el Cristo del Mar, con el regreso pasada la medianoche por la calle Villavieja con los costaleros de espaldas, en una «cangrejà» al acorde de la Habanera de los Dolores. Un silencio sepulcral despidió el retorno de los dos pasos de la hermandad a su templo.

Balcones en Santa Cruz

Hoy, Miércoles Santo, se celebra la procesión de Santa Cruz, una de las más populosas de la ciudad. Para verla, se ha disparado la demanda de balcones a lo largo del recorrido por el Casco Antiguo, donde se han alquilado al menos una decena a precios incluso de 300 euros, informa la hermandad.

Precisamente desde hoy y hasta el Viernes Santo, el TRAM amplía los horarios de los tranvías de las Líneas 2 (Luceros-Sant Vicent del Raspeig), L-3 (Luceros-El Campello) y L-4 (Luceros-Plaza La Coruña) para favorecer la movilidad de los ciudadanos durante la Semana Santa.