Siete largas horas de procesiones que cruzan Alicante en una tarde de espectacular patrimonio que comienza con el llamativo encuentro de los cuatro tronos de la hermandad de la Santa Cena al son de la música sacra delante de la Diputación y que termina en silencio, con las calles llenas de penitentes rezando, muchos de ellos descalzos, acompañando al Cristo de la Buena Muerte, una de las imágenes más veneradas, de autor desconocido y del siglo XVI.

Así es el Jueves Santo en Alicante, que comienza en el patio de la Casa Salesiana, donde los hermanos de la Santa Cena preparan sus pasos durante horas y forman para la salida. «Somos unos 600 censados, pero vienen voluntarios para sacar el paso de la Santa Cena», explica el hermano mayor, Alberto Guijarro. La procesión consolida este año el Encuentro de sus cuatro tronos ante la avenida de la Estación, «hacemos un llamamiento a los alicantinos para que vengan a verlo». Se completa con música sacra interpretada por banda y se leen versos relativos a la pasión que representa cada paso. Además, se proyectan imágenes de la Semana Santa alicantina. La Santa Cena es el más llamativo, por grande. Pesa más de 3.000 kilos y es el más voluminoso de la hermandad en España, por lo que necesita hasta 240 costaleros, algunos llegados de otras hermandades. Los cofrades preparan cuidadosamente la mesa con productos naturales que después se donan al Cottolengo.

«Queremos restaurar el trono y toda la plata. Se va a hacer casi nuevo», explica Guijarro. Un trabajo que se acometerá después de Semana Santa en el taller de Ramón Orovio, en Ciudad Real. Esta hermandad también saca a las calles el Cristo de la Caída; el Cristo Esperanza de los Jóvenes, del siglo XIX y que destaca por su vanguardista adorno floral; y el palio de María Auxiliadora del Pueblo Cristiano. La Cena fue fundada originalmente en 1851, adquiriendo un paso con imágenes «de vestir» al imaginero Antonio Riudavets.

A la misma hora sale a las calles la hermandad de nazarenos de la Santa Redención, que estrenará en su procesión la cruz de guía tallada y los faroles de apertura en caoba y plata, de estilo barroco, bajo diseño de José Banegas y orfebrería de Orovio de la Torre.

También son nuevas las dos puntas de lanza, en plata, del paso de la Redención, el primero en Alicante portado sólo por mujeres. «La salida de la Cruz Redentora del templo (Franciscanos) es espectacular, hay que arrastrar el paso porque no cabe por la puerta y se quitan las patas», explica el hermano mayor, Víctor Ruiz. Cada vez más público asiste al Encuentro entre la Virgen del Mayor Dolor, segunda imagen de la hermandad y que renovaron el año pasado, con el Cristo de la Paz de la hermandad de Benalúa. Se celebra en torno a las 23 horas a la altura del Teatro Principal y es el único Encuentro de dos imágenes de distintas hermandades. Llegó a ser declarado como Encuentro Oficial de la Semana Santa.

La procesión que comienza en la parroquia de San Juan Bautista de Benalúa es una de las más largas de Alicante. Sus cofrades y costaleros cruzaban la ciudad, de ida, y hasta el año pasado, cargando las imágenes sobre sus hombros de madrugada, de vuelta. Este año acortan el recorrido: acabarán en la plaza del Ayuntamiento y los pasos volverán por medios mecánicos. «Estábamos perdiendo cofrades, que queremos recuperar, quedándonos en el centro de Alicante», explica Francisco Cerezo, vicepresidente de una hermandad que nació con marcado estilo cartagenero. En sus orígenes, los hermanos iban unidos por un cable que suministraba electricidad a los hachones.

La Piedad y Caridad y Cristo de la Paz consta de 450 hermanos de fila, costaleros y damas de mantilla. Para empezar, celebrarán un Encuentro de sus dos imágenes en la plaza de Navarro Rodrigo, aún en el barrio. Más adelante, al llegar a Nuestra Señora de Gracia, «el párroco nos abrirá las puertas, encararemos los dos tronos al unísono y nos recibirán los cofrades de la Humildad y Paciencia con sus estandartes y la cruz de guía. Es un acto al que cada vez viene más gente». En la plaza del Ayuntamiento estrenarán la marcha «En tu regazo, Madre de Piedad», compuesta para el Encuentro final de las dos imágenes. Un acto similar celebrarán los Franciscanos con sus dos pasos al volver al templo.

Avanzada la noche saldrá a la calle la hermandad de El Perdón, que celebra su 60 aniversario. Por este motivo, han hecho nuevo el trono de Jesús entre los dos Ladrones. «Lo han tallado los Hermanos López, en Torredonjimeno (Jaén), y es el primero que hacen para Alicante, en madera de cedro y totalmente labrado», explica Fernando Dólera, el hermano mayor. Este Jueves Santo saldrá sólo la primera fase. El trono se bendecirá una hora antes del inicio de la procesión en la Concatedral, y portará una reliquia de San Nicolás.

El segundo paso es María Medianera de Todas las Gracias, imagen anónima que fue la antigua Virgen de la Corona de Espinas. Este año les acompaña un tercer trono, la Cruz Redentora de la cofradía del Perdón de Mutxamel, con la que se han hermanado. Es una procesión austera y penitencial, en la que sus nazarenos sólo llevan una túnica de saco, y van rezando el rosario. Los pasos salen a oscuras del templo puesto que los comercios y restaurantes de la plaza de Abad Penalva y Labradores apagan sus luces para darle un aire más medieval al desfile procesional.

El silencio envolverá el casco antiguo a medianoche coincidiendo con la salida del Cristo de la Buena Muerte, una auténtica joya de la escultura religiosa puesto que es una de las imágenes más antiguas, veneradas y queridas de la ciudad, traída por la orden dominica en el siglo XVII. Procesiona sin acompañamiento musical, como la Virgen de las Angustias, de 1762, la única imagen de Salzillo que hay en Alicante. Ese silencio sólo lo rompe el coro de San Nicolás cantando misereres. «Destacan el recorrido y las promesas del Cristo, que nos diferencia de resto. Le siguen más de 1.500 personas, una multitud que llena San Nicolás y que se va incorporando en el trayecto», explica Juan María Matas, hermano mayor. El derecho a cargar al Cristo pasa de padres a hijos, incluso el portar enseres como las Siete Palabras. Ya están pensando en los actos de su 90 aniversario. El Rey Juan Carlos aceptó el cargo de Hermano Mayor de Honor del Cristo en 1976.