«Cualquier retraso o contratiempo y quién sabe qué hubiera pasado». A la alicantina Marina Barranco Van Houtte aún le tiemblan las piernas cuando piensa que la explosión en el metro de Bruselas ha tenido lugar en la línea 1, la que ella toma cada día para ir al trabajo, y a siete paradas de su casa.

Apenas 40 minutos después de que ella bajase del metro. Barranco se ha enterado del doble atentado llegando a su trabajo, en una empresa de energías renovables cerca del aeropuerto, donde ha tenido lugar una de las explosiones. «Lo que más me ha impactado es ver el aeropuerto tomado por la policía. Siempre piensas que es el lugar más seguro, que ahí nunca va a poder pasar nada así».

De momento, Marina sigue en su puesto de trabajo, hablando con sus compañeros y amigos, consternados por las noticias.