Un nuevo impacto. Aena, los ayuntamientos de Alicante y Elche y Ecologistas en Acción han detectado una nueva zona de posible impacto al tráfico aéreo en el aeropuerto, al constatar la presencia diaria de miles de aves, en su mayoría gaviotas, que acuden a comer al vertedero de Fontcalent, próximo a las pistas, y pasan por el aeródromo al atardecer, cuando regresan a Elche, Santa Pola, Tabarca y el Saladar de Agua Amarga a dormir en la denominada ruta sur, la norte las lleva al castillo de Santa Bárbara. Hasta ahora, las aves se localizaban en un balsa de regulación, en la planta de reciclaje y compostaje de residuos sólidos del Consorcio del Baix Vinalopó, en las Salinas de Santa Pola y Agua Amarga, en el Clot de Galvany y en las viviendas dispersas del entorno aeroportuario (palomas, golondrinas, estorninos, cuervos y pequeñas rapaces). El tema se debatió hace un semana en una reunión de coordinación, y ayer Ecologistas en Acción denunció que el asunto es preocupante debido que, según el grupo conservacionista, el vertedero se ha convertido en un «polvorín», ya que las aves encuentran los montones de basura de rechazo todo tipo de alimento.

Carlos Arribas, portavoz del grupo, subrayó que «nos consta que el vertedero incumple la obligación de la Autorización Ambiental Integrada de cubrir con tierra el frente de vertido tratado, lo que deja los restos orgánicos al alcance de las aves. Además, tenemos noticia de que en octubre pasado llegó incluso a verterse directamente basura sin tratar por un fallo en las instalaciones».

La empresa que gestiona el vertedero admite la presencia de aves, pero asegura que cumple la legislación ambiental y que, por ejemplo, en 2015 se vertieron 44.000 toneladas de tierra sobre la basura. La concesionaria aseguró que desde hace 5 años existe una coordinación con la Conselleria de Medio Ambiente y Aena para tratar este asunto.

Afortunadamente no ha habido incidentes reseñables en el aeropuerto, que periódicamente realiza batidas aéreas con halcones para espantar a las aves. La existencia de aves sobrevolando el aeródromo es un peligro potencial para la seguridad de la navegación aérea. Según datos de Aena en el aeropuerto Alicante-Elche en el periodo 2008-2015 se produjeron 21 impactos con aves de porte mediano (gaviotas (3), limícolas (3), pequeñas rapaces (6) y esteparias (9)), y solo 2 impactos con aves de gran porte como las gaviotas patiamarillas que pudieran tener mayor riesgo y ninguno de ellos ha producido daños en las aeronaves. El número total de operaciones en esos ocho años fue superior a 500.000 operaciones de despegue/aterrizaje (74.084 en 2015), por lo que se puede concluir que el riesgo existente de impacto con la avifauna es muy bajo, según asevera Ecologistas en Acción que, no obstante, exige que se mejore la gestión el vertedero de Fontcalent.

Carlo Arribas recordó, por otro lado, que «Aena ve en el Saladar de Agua Amarga un peligro para la navegación aérea y propugna la desecación del mismo, así como la desaparición de una lámina de agua permanente. Sin embargo, la Declaración de Impacto Ambiental de la desaladora establece la obligación de la Mancomunidad del Taibilla de inundar la zona húmeda, que sufre el impacto negativo por la extracción de aguas subterráneas en su entorno y el descenso del nivel freático. Sin embargo, la realidad es que la mayor parte de la avifauna existente en los alrededores del aeropuerto está relacionada con el vertedero de Fontcalent, que está mucho más próximo», sentenció Arribas, portavoz de Ecologistas en Acción.