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Los vecinos aceptan el Puente Rojo si se suprime el tráfico

La Plataforma Renfe plantea ahora a Pavón que se retire la circulación de vehículos de las rampas

Los vecinos aceptan el Puente Rojo si se suprime el tráfico

La Plataforma Renfe cambiado su reivindicación inicial de demolición del Puente Rojo de la Gran Vía y acepta la postura del edil de Urbanismo, Miguel Ángel Pavón, de mantener la infraestructura si se acepta una petición que han remitido al concejal. Los vecinos reiteran que el problema no es ya el propio puente en sí, sino el ruido que provocan los cientos de coches que acceden diariamente por las rampas de subida y bajada que se construyeron pegadas a las viviendas. El planteamiento de los vecinos pasa ahora por trasladar toda la circulación de los vehículos debajo del puente, donde existe espacio para dos carriles en cada sentido e, incluso, una rotonda ajardinada. Algo que, además, según apunta José María Hernández, portavoz de la plataforma, contribuiría a adecentar la zona.

Las asociaciones de vecinos afectadas por el paso de los 25.000 vehículos diarios que circulan sobre el Puente Rojo de la Gran Vía basaron una parte importante de sus alegaciones al plan urbanístico a desarrollar sobre los 460.000 m2 que quedarán libres tras el soterramiento de las vías del tren en justificar la urgencia de demoler una infraestructura a la que ya se opusieron en 1988, cuando se levantó el puente. Pedían sustituirlo con un paso inferior como se hizo en la avenida de Dénia frente a los Jesuitas, algo a lo que están ahora dispuestas a renunciar.

Dejar sin uso las rampas de subida y bajada del puente eliminaría, según los vecinos, los problemas que provoca el tráfico. Ruido por el descenso de los coches por las rampas de hormigón, humos y falta de visibilidad para las viviendas. A esto se suma la inseguridad que supone para los peatones caminar por los pasillos elevados.

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