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La factura de Puerto Amor

Compromís insta a restaurar la bahía de la Albufereta, degradada por el proyecto paralizado

La factura de Puerto Amor

Una solución para Puertoamor. El diputado por Compromís Ignasi Candela ha presentado una Proposición no de Ley en el Congreso para instar al Gobierno central a que busque una solución para recuperar el paisaje de la zona de la bahía de Alicante, donde a principios de los años 80 del siglo pasado se proyectó la construcción de un puerto deportivo.

Una iniciativa fallida pero que ha dejado su rastro en forma de una zona de playa (tierra ganada al mar) cenagosa y en la que puntualmente se acumulan los escombros para desesperación de los vecinos de la Albufereta. Las últimas noticias sobre el tema datan de 2010, cuando se planteó trasladar el proyecto a la zona de Rocafel pero tampoco cuajó.

Ahora, la iniciativa de Compromís, Puerto Amor será objeto de debate en el Parlamento y las Cortes Valencianas, ya que la diputada Mireia Mollá también ha presentado una propuesta. La formación exige la restauración paisajística, la retirada de los escombros, el acondicionamiento vegetal y la regeneración de la playa para restaurar el estado en el que se encontraba en los años 70.

La solución planteada en 2010 no era fácil, porque la promotora no renunció a los alrededor de 40.000 m2 de terrenos ganados al mar frente a la urbanización de Bahía de los Pinos, lo que hubiera obligado a ampliar considerablemente los terrenos ganados al mar en Rocafel. Lo mismo sucede con las áreas comerciales que se contemplan, como un importante incentivo en el proyecto de Puertoamor. El Tribunal Superior de Justicia condenó en 2009 a la Generalitat a indemnizar a la promotora por la paralización de las obras mediante decreto en 1993. La resolución ordenó al Consell a pagar por el daño producido y el lucro cesante durante los ocho meses de aplicación del decreto.

Según la información que figura en la exposición de motivos del diputado Ignasi Candela, el asunto se prolonga desde 1979, cuando el proyecto fue aprobado por el Consejo de Ministros. Tras sucesivas paralizaciones y recursos judiciales, el Tribunal Supremo desestimó en 2003 el último recurso de la Generalitat y dio luz verde a las obras. Pero ya se habían construido los dos espigones y rellenado una parte de la costa «afectando gravemente a la renovación de las aguas en esa parte de la bahía de Alicante, especialmente a las playas de la Almadrava y la Albufereta», denuncia Candela. «El resultado es una playa llena de escombros y abandonada por la Administración. Consideramos responsable al Gobierno central porque no se tuvo ninguna consideración al impacto ambiental del proyecto», subraya.

En 2007, el promotor perdió la propiedad de los terrenos ganados al mar y la concesión.

La Albufereta, pionero en el desarrollo de turismo residencial del municipio de Alicante, ha sido siempre uno de los barrios peor tratados por los respectivos ayuntamientos, sobre todo en su fachada litoral. Hace ahora un año, los vecinos denunciaron que la erosión que provocan las olas había acabado prácticamente con los diques que se construyeron para ganar terreno al agua en los años 60, cuando la ciudad de Alicante vivió el primer gran «boom» urbanístico ligado al turismo El avance del mar y los temporales que todos los inviernos azotan la bahía de Alicante han acelerado el proceso de regresión que sufren las calas de la Albufereta, debido a que los espigones que las protegían siguen rotos y abandonados.

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