Los ingenieros en Informática Javier Pérez y Carlos Cano alucinaban ayer con la pericia demostrada por los estudiantes del Instituto María Blasco con su robot. Se presentaron a la competición de Robótica que organiza la Escuela Superior Politécnica en la Universidad de Alicante, y lograron vencer en la prueba de sumo, en la que debían desplazar del tatami al robot contrario «sin dañarlo».
El concurso provincial introduce ya parámetros éticos para la práctica con robots, una disciplina que ha adquirido un auge muy significativo y que ya imparten en forma de prácticas en diversos institutos. «Nos da envidia que vayan a tener desde tan pronto una formación básica en robótica porque a nosotros nos faltó y estamos adquiriendo el nivel de especialidad ya con el master y el doctorado», señalaban los ingenieros.
Tras la prueba de sumo, los robots de los universitarios volvieron a enfrentarse con los del instituto, en este caso para comprobar las cualidades de rastreo y el prototipo de Javier Pérez demostró, de largo, ser el mejor. Tablas.
«Nos sorprende que lo hayan hecho tan bien porque toda la tecnología que di yo a esas edades se reducía a construir un molino dando vueltas con una luz. Los institutos están fomentando la robótica eléctrica y construyen controladores que empecé a hacer yo ya en la Universidad» destacaba Cano.
Los controladores que son capaces de conformar los estudiantes de Secundaria facilitan por ejemplo la velocidad fija de un automóvil o la temperatura en calefacciones y aires acondicionados. «Cualquier sistema al que añades un valor y quieres que se mantenga, precisa de un controlador y ellos ya son capaces de montarlo».
El responsable de la competición, Santiago Puente, explica que en la prueba de velocidad los sensores deben mover el robot en el circuito «con inteligencia».
