La propuesta del alcalde, Gabriel Echávarri, de abrir todos los centros comerciales de la ciudad en domingos y festivos tendrá que esperar. A última hora de la tarde de ayer, el Ayuntamiento de Alicante desconvocaba el Consejo de Comercio previsto para hoy para abordar el tema y aplazaba a marzo su debate en el pleno municipal. Una decisión «pactada» con el Consell con el objetivo, según el alcalde, de «explicar la medida punto por punto a todos los colectivos interesados: trabajadores, empresas, sindicatos, comerciantes y vecinos».

El regidor mantiene su apuesta por ampliar la libertad horaria a toda la ciudad, pero asume así el planteamiento que le realizó el director general de Comercio de Compromís, Natxo Costa, y que también le trasladaron sus socios de gobierno de Guanyar y Compromís, que tienen previsto votar en contra de la medida al entender que vulnera la esencia del pacto de gobierno que firmaron.

Con sus socios en contra, con la oposición del pequeño comercio, de los sindicatos y de la Dirección General de Comercio, el alcalde ha optado por aplazar la decisión. Echávarri asegura que el «acuerdo» se alcanzó con Costa a través de una conversación telefónica. Con todo, Echávarri incide en que «modificar la Zona de Gran Afluencia Turística supone adoptar una medida de ciudad que generaría más de 600 puestos de trabajo y garantizaría la conciliación laboral para el personal de plantilla». No obstante, admite que «entendemos que es necesario explicar hasta el más mínimo detalle y evitar interpretaciones erróneas». Por su parte, Costa abundó en que «es necesario sumar más consensos y buscar un acuerdo amplio y definitivo».

La decisión se hizo pública a las ocho de la tarde, apenas una hora después de que el Consejo de Comercio fuera convocado públicamente. Entre medias tuvo lugar la ejecutiva de Compromís, por la que se dejó ver el director general de Comercio. En declaraciones a este diario, Costa explicó que «vista la reacción del comercio, sindicatos y Compromís» estuvo manteniendo «contactos con el alcalde y a múltiples bandas», con sindicatos y comerciantes, en los que «he planteado que no era necesario correr». Costa argumentó que, aún aprobando la medida esta semana, «no llegábamos a Semana Santa». Por ello, planteó que «se aplace un mes, se calme, el alcalde explique el acuerdo y todo el mundo pueda defender su postura».

Costa, cuya posición es contraria a la apertura general que plantea Echávarri, incidió en que «si se tiene que hacer, prefiero que sea con consenso que sin él», en alusión a que el Consell no podría oponerse a un acuerdo plenario del Ayuntamiento. El director general de Comercio esgrime que «me parecía que no tenía sentido correr». Costa, quien dijo no recordar de quién habían partido las llamadas, sí admitió que así lo planteó al alcalde.

El pacto alcanzado entre Ayuntamiento y Consell rebaja la tensión en la escena municipal sobre este asunto. Tanto Compromís como Guanyar se oponen a la decisión de ampliar a todos los centros comerciales de la ciudad la libertad horaria. Los socios de Echávarri esgrimen que la medida es contraria al pacto de gobierno que firmaron, en el que se abogaba por el cierre los domingos y festivos de las grandes superficies del centro.

El alcalde, por su parte, justifica que ha negociado con las grandes superficies la creación de 625 puestos de trabajo y garantías para que los empleados de la plantilla no trabajen más de 13 festivos al año. Echávarri se escuda en que un posible fallo judicial podría implantar la libertad horaria en toda la ciudad sin haber alcanzado una negociación previa.