La Policía Nacional ha esclarecido la última profanación realizada el pasado fin de semana en el cementerio municipal de Alicante con la detención de una pareja que tras su arresto acabó confesando los hechos y alegó que lo hicieron con la intención de realizar un ritual para romper los lazos afectivos con el exmarido de ella.

Los dos arrestados, un hombre de 37 años y una mujer de 34 que quedaron ayer en libertad con cargos tras prestar declaración en la Comisaría Provincial de Alicante, han sido acusados de un delito de falta de respeto a los difuntos por los agentes de la Brigada Provincial de Policía Judicial.

La investigación policial fue iniciada el pasado sábado por la mañana después de que los responsables de mantenimiento del cementerio municipal de Alicante encontraran al empezar a trabajar un panteón abierto, donde había un osario roto y restos óseos de un cadáver esparcidos por el suelo. En el lugar también aparecieron dos muñecos atados por la espalda con una cuerda, dos vasos de plástico con ron y agua, una vela a medio consumir, medio puro y diferentes cantidades de arroz, garbanzos, maíz y fideos.

Esta escena que se encontró la Policía Nacional en la puerta del panteón profanado hizo pensar a los investigadores que podría tratarse de un ritual celebrado durante la madrugada anterior al hallazgo.

La Policía Nacional logró identificar en pocos días a una mujer de 34 años como una de las personas implicadas en la profanación y pese a que inicialmente negó su relación con el caso acabó confesando que se trataba de un ritual de «rompimiento» que había llevado a cabo con su actual pareja sentimental, un hombre de 37 años que se dedica a la santería.

Ambos fueron arrestados ayer y en su comparecencia explicaron que realizaron un ritual de santería con la única intención de romper los lazos afectivos con el excompañero sentimental de la mujer arrestada, ya que asegura que seguía causándole molestias tras romper la relación.

Tras la resolución de esta última profanación, la Policía continúa con las pesquisas para tratar de esclarecer otro caso descubierto el pasado 6 de enero. En esa ocasión un trabajador del Cementerio encontró un ataúd apoyado en un nicho, un cráneo arrancado, la lápida a sus pies y un cirio. Los investigadores sospechan puede ser una gamberrada.