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Apellidos ALICANTINOS Carratalá

Gente letrada

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En la actualidad hay censadas en la ciudad de Alicante 1.085 personas apellidadas Carratalá: 577 con el primer apellido, 506 con el segundo y 2 con ambos.

Siempre han sido bastante numerosos los Carratalá que han vivido en Alicante.

Del primero que se tiene constancia documental es de un Gaspar, que bautizó en la iglesia de Santa María a su hijo Francisco Juan el 18 de septiembre de 1552. Después tenemos a un Francisco que bautizó en el mismo templo a su hija Juana el 16 de junio de 1561.

En la iglesia de San Nicolás, Antonio Carratalá se casó en 1567 con Luisa Amat. Un año después, el 21 de septiembre, Pedro Carratalá y su esposa Andolsa bautizaron en el mismo templo a su hijo Mateo. Medio año más tarde, el 22 de marzo de 1569, en el mismo baptisterio, el matrimonio formado por Juan Carratalá y Leonor Pérez bautizaron a su hijo José.

Gaspar Carratalá, hijo de Gaspar y Juana, se casó con Juana Ros en Santa María el 22 de enero de 1570. Ginés Carratalá e Isabel Juan bautizaron en San Nicolás el 19 de julio de 1570 a su hija Melchora. Y el 26 de octubre del mismo año, pero en Santa María, Juan Carratalá y Ángela Rosa bautizaron a su hijo Gaspar.

Los registros parroquiales de bautismos y matrimonios más antiguos que se conservan en la ciudad de Alicante son de la década de 1530. Desde entonces, hasta final del siglo XVI, se registraron un total de 69 bautizos de niños y niñas con Carratalá de primer apellido y se desposaron 12 varones con idéntico apellido.

Durante el siglo siguiente (XVII) fueron bautizados 290 Carratalá y 60 los hombres con este apellido que se casaron.

En el último tercio de este siglo XVII encontramos al primer Carratalá impresor, de nombre Nicolás.

Durante el siglo XVIII fueron 689 los niños y niñas bautizados en Alicante con Carratalá de primer apellido y 137 los varones que se casaron.

En 1705, el impresor Nicolás Carratalá ocupaba un cargo municipal.

El 10 de marzo de 1716, el rey permitió que Pedro y Tomás Carratalá, primos hermanos, compartieran con otros dos alicantinos «el amerador del paraje del Porquet», cediendo además a Pedro una franja en la orilla de mar de 110 pasos de largo «y de ancho desde el camino que vá á los balsares hasta la misma mar». El precio que debían pagar, cada día de San Miguel, era de un sueldo y seis dineros (Tomás) y cuatro sueldos y seis duros (Pedro).

En 1744 había un Bautista Carratalá tiple; en 1766 otro con el mismo nombre que era barrendero; y otro en 1799 que era confitero.

En 1770 se fugó de la cárcel Antonio Carratalá, que había defraudado a la Real Hacienda.

Un labrador con muchas deudas

José Carratalá de José vivía en Alicante pero tenía una casita labriega y terrenos cultivados en San Juan. En el Archivo Municipal se conservan varios legajos que nos hablan de sus numerosas deudas y pleitos, comenzando en 1695 contra el síndico de la ciudad por arrendamientos. En 1711 debía 237 libras y 17 sueldos por obras a dos constructores, y tres años más tarde debía 300 libras a Francisco Rochefort.

En este último año de 1714, José, que tenía 50 años, fue denunciado por el apoderado de su hermana, Francisco Hernández, ya que ella vivía en Murcia. ¿El motivo? Deudas, naturalmente.

El representante de Estacia Carratalá presentó ante el alcalde mayor y juez de la ciudad, Francisco Esteban Zamora y Cánovas, dos cartas firmadas por José, fechadas el 9 de diciembre de 1709 y el 9 de julio de 1710, respectivamente. En la primera, éste le pedía a su hermana que desempeñara, en su nombre y por nueve doblones, a la esclava que tenía como prenda por una deuda la marquesa de Torrepacheco. En la segunda, además de quejarse de tener que pedir «pescado para poder comer, que si lo vieras te lastimarías de mí», reconoce no haber podido pagarle todavía los nueve doblones que le debía por desempeñar a la esclava.

Además, el apoderado de Estacia presentó dos documentos más: el recibo de haber pagado los nueve doblones a la marquesa de Torrepacheco para desempeñar a la esclava (lo hizo Cristóbal Antonio de Bustos y Carrasco, señor de Cotillas, en nombre de Estacia), y la «Memoria de la plata que tengo entregado a mi hermano Joseph Carratala por prendas de quatro doblones que medió quando murió mi marido», y cuya devolución ahora le reclamaba.

José reconoció como suyas ante el juez las firmas de ambas cartas, pero dijo no saber nada del recibo ni de la memoria, «ni se acuerda que dicha Estacia Carratalá le aya dado por enpeño de los quatro doblones, que supone, las prendas de plata, que expresan dicha memoria, en quanto á los nuebe doblones, que se acuerda los pagó por el declarante dicha Estacia Carratalá», pero que ella se quedó con la esclava.

El carpintero Antonio Carratalá Chorro hizo las obras de aprovechamiento de sobrantes del manantial de La Goteta en 1841 (del que tuvo a partir de entonces derecho al uso de agua) y reparó en 1844 el conducto de agua en Santa Ana.

Soledad Carratalá España mandó edificar una casa en la calle del Foso en 1851. Su hermano Miguel reedificó en 1848 la fachada de una casa situada en el número 1 de la plaza San Cristóbal y la de otra casa en la calle San Ginés en 1854; compró un solar en la plaza del Progreso en 1855, donde construyó una casa tres años después; y hacia 1875 poseía en Muchamiel una quinta de recreo llamada Riera.

En febrero de 1851, Francisco Carratalá, chocolatero domiciliado en el barrio de San Antón, abandonó a su esposa e hijos, fugándose con Antonia Llobregat, soltera. La esposa, Rafaela Troca, acudió al alcalde para denunciar el abandono. Éste ordenó al comisario de Protección y Seguridad Pública que averiguase el paradero de los amantes fugados. Como se supo que habían marchado a Murcia, se envió un oficio al alcalde de esta localidad el 22 de marzo, quien respondió seis días después informando de «que el 13 del corriente se presentaron en esta Ciudad Francisco Carratalá y Antonia Llobregat, y refrendaron sus pasaportes para Cartagena». En consecuencia, el alcalde alicantino remitió otro oficio a su colega cartagenero, expresándole el motivo de la búsqueda: el chocolatero se había ido con su amante y había abandonado a su esposa, «sin dejarle recursos ningunos para alimentar á sus dos hijos de menor edad». Pero al cabo de cuatro días (5 de abril), el alcalde de Cartagena contestó diciendo que el 17 de marzo se habían refrendado los pasaportes de los amantes con destino a Albacete. Al final, perdida la pista de los huidos, el alcalde alicantino ordenó que se le entregase a la atribulada esposa los únicos bienes que aquéllos habían dejado en la ciudad: un cofre lleno de ropa vieja.

Gregorio Carratalá reedificó la fachada de una casa en la calle Lucentum en 1855 y construyó una casa en la calle Matadero en 1859. Manuel Carratalá reedificó la fachada de una casa en la calle Cienfuegos en 1855 y otra en la calle del Carmen en 1856; solicitó al Ayuntamiento indemnización por unos terrenos en 1856 y permiso para construir una casa y cercar un terreno en el Arrabal Roig, en 1859.

Eran funcionarios municipales Antonio Carratalá (practicante, 1855), Antonio Dols Carratalá (veedor de pescado, 1856) y Micaela Galvañ Carratalá (matrona, 1856).

Antonia Carratalá se casó en 1865 con el que fuera alcalde José Bas Moró, de cuya descendencia ya hablamos cuando tratamos el apellido Bas.

A finales de 1877, José Carratalá Blanes consiguió permiso municipal para construir un depósito de petróleo frente al contramuelle, «en el edificio que posee en la Esplanada del Varadero». Poseía además en la partida de Orgegia una quinta de recreo llamada Alcaraz.

Antonio Carratalá Dessia también tenía una quinta de recreo en la Cañada del Fenollar.

Teniente general y ministro de la Guerra

José Carratalá Martínez nació en Alicante el 14 de diciembre de 1781, hijo de Manuel y Josefa.

Ingresó siendo niño en el seminario de San Miguel de Orihuela, donde estudió tres años de Filosofía. Después estudió Derecho en la Universidad de Valencia, licenciándose el 14 de marzo de 1808.

Formó parte de la Junta de Salvación que se formó en Alicante al inicio de la Guerra de la Independencia, salvando la vida de muchos franceses domiciliados en la ciudad. Encargado del alistamiento de reclutas, formó un regimiento con 1.700 solteros con el que marchó el 1 de junio hasta Almansa, ocupando el empleo de subteniente.

Fue ascendido a teniente el 18 de julio de 1808 y participó en la batalla de Tudela (23 noviembre), durante la cual sufrió tres graves heridas.

Participó en el segundo sitio de Zaragoza, siendo ascendido a capitán (17-1-1809) y teniente coronel (9-3-1809). Tras la capitulación fue llevado con los demás prisioneros a Pamplona, de cuyo hospital logró fugarse.

Adscrito al segundo batallón de Saboya, estuvo en varias acciones bajo las órdenes del general Enrique O'Donnell. Cayó nuevamente herido y prisionero tras el sitio de Tortosa en 1811, pero volvió a evadirse del hospital zaragozano.

Estuvo presente en la batalla de Vitoria del 21 de junio de 1813.

Fue destinado a América en febrero de 1815. Participó en la reconquista de la isla Margarita y fue ascendido a coronel el 30 de julio de 1816. Durante los nueve años siguientes estuvo destinado en Perú, interviniendo en numerosas acciones bélicas, por las que se le dio el empleo de brigadier en 1822 y de mariscal de campo al año siguiente.

Cayó prisionero junto con el virrey del Perú y otros cuatro generales en la batalla de Ayacucho. Tras pasar un tiempo encerrado en pontones, fue enviado a la Península en 1825.

Fue nombrado jefe de Estado Mayor del ejército que acabó con la sublevación de Cataluña en 1827 y posteriormente comandante general de las Provincias Vascongadas. Pasó luego a las capitanías generales de Extremadura, y de Valencia y Murcia. Nombrado capitán general de Castilla la Vieja en diciembre de 1837, no llegó a ocupar este cargo al confiarle el rey, el 17 de enero siguiente, el Ministerio de la Guerra. Pero fue ministro solo durante dos meses, quedando luego en Madrid.

Promovido a teniente general (8-11-1838), fue nombrado al año siguiente capitán general de Andalucía, pasando a ocupar el mismo cargo en Castilla la Vieja el 24 de noviembre de 1840.

En 1844 regresó a Madrid, donde falleció en 1855, siendo senador vitalicio. Entre las muchas condecoraciones que poseía, destacan las cruces de San Fernando y San Hermenegildo.

El Ayuntamiento de Alicante le dedicó una calle del barrio de San Antón.

Impresores, periodistas y políticos

Nicolás Carratalá seguía teniendo su imprenta en 1813, aunque entonces firmaba sus trabajos como Nicolás Carratalá e Hijos. En ella se imprimieron varios periódicos, como El Imparcial (1814) o Diario de Alicante (1816).

El impresor Nicolás Carratalá Martínez ocupaba además el cargo de regidor en 1825.

También fueron regidores Gaspar Carratalá (1814), Eduardo Carratalá (teniente alcalde en 1872) y Vicente Carratalá Mena (1835), que además fue alcalde de partidas (1856).

Impresor, periodista y político fue Francisco Javier Carratalá Utrilla. Nacido en Alicante el 3 de diciembre de 1830, trabajó como tipógrafo y como periodista en diarios como La Flor, Diario de Alicante y El Boletín Comercial y de Anuncios, y fundó La Unión Liberal y El Eco de Alicante. Fue ayudante del gobernador civil González de Quijano durante la epidemia de cólera de 1854, por lo que se le concedió la cruz de primera clase de la Orden Civil de Beneficencia. En 1865 fue elegido jefe local del Partido Progresista. Desterrado a Fernando Poo en 1866, regresó el año siguiente a Madrid, donde colaboró en la fundación del periódico La Iberia. Durante la revolución de 1868 formó parte de la Junta Revolucionaria Interina. Elegido un año más tarde diputado por Alicante, fue secretario del Congreso de los Diputados hasta su muerte, acaecida en Madrid en 1870. Hay una calle con su nombre en Campoamor.

En 1849 había cinco impresores en Alicante. Uno de ellos, Juan José Carratalá, también fue elegido concejal en varias ocasiones, teniente de alcalde y alcalde accidental (1853). Durante la Restauración fue uno de los dirigentes más destacados del Partido Liberal Conservador, de Cánovas del Castillo. En su imprenta y litografía, premiada con medalla de oro, se imprimió en 1863 la Reseña Histórica de la ciudad de Alicante, de Nicasio Camilo Jover.

La otra gran crónica alicantina decimonónica, la de Viravens (1876) fue impresa en los talleres de Carratalá y Gadea, «premiados en varias exposiciones».

Rafael Carratalá Ramos nació en Alicante en 1859. Trabajó como tipógrafo y periodista. Su padre era el conserje del Teatro Principal. Participó en la fundación de la sección alicantina de la Federación Nacional de Obreros Tipógrafos, en 1882. Fundó y dirigió el periódico El Progreso (1884), cofundó el semanario El Grito del Pueblo (1890), trabajó para la revista satírica Figuras y Figurones (1886) y colaboró con el también humorístico El Cullerot, la revista Mundo Obrero, el Boletín Oficial de la Sociedad Tipográfica de Alicante y el periódico La Humanidad, y fue corresponsal de El Socialista y La Nueva Era. Formó parte del grupo de librepensadores Paz y de la Logia Esperanza. Fue miembro del comité que creó el Centro Obrero en la calle Liorna y de otro que organizó por primera vez en Alicante el Primero de Mayo (1890). El 2 de enero de 1891 inició el mitin que dio Pablo Iglesias en el Teatro Circo alicantino. Veinte días más tarde cofundó la Agrupación Socialista de Alicante. En 1902 publicó Socialismo y Anarquismo: consideraciones sobre una y otra escuela, recopilación de artículos suyos, muchos de los cuales firmaba con el seudónimo de Veritas. Como crítico teatral, presentó en 1907 El Teatro ante las Sociedades obreras. Bosquejo histórico-crítico; y como autor escribió siete piezas teatrales breves. Murió en Alicante el 26 de febrero de 1909.

También eran periodistas o colaboraban con diarios alicantinos José María Carratalá (Álbum Poético, 1875-1876), Antonio Carratalá Galdó (La Unión Democrática, 1879; La Revista de Espectáculos, 1888; El Siglo XIX, 1888), Pedro Carratalá (El Álbum, 1877; Las Circunstancias, 1881-1883); J. de Pastor y Carratalá (El Diario de Alicante, 1886), Enrique Carratalá (Boletín de la Liga de Contribuyentes de Alicante y su provincia, 1894-1897; El Joven Poeta, 1890), Quico Carratalá (El Tío Cuc), F. Carratalá Baeza (El Estudio, 1895), Julio Carratalá (El Estudio, 1895) y Abelardo Rodríguez Carratalá (El Graduador, 1898).

Dos hermanos

con calles

José Carratalá Cernuda, armador y consignatario, fue el tesorero de la sociedad Los Diez Amigos que fundó el barrio de Benalúa. También fue directivo de la sociedad creada para la instalación del tranvía urbano, denominada Los Nueves.

Como los demás miembros de la sociedad Los Diez Amigos, una de las calles de Benalúa fue bautizada con su nombre. También como los demás socios, participó en las rifas en las que se sorteaban las casas, según iban terminándose de construir, consiguiendo varias en diferentes calles.

Sus hermanos Gregorio y Domingo obtuvieron también algunas casas benaluenses en dichos sorteos.

No tenemos constancia documental de que otro de sus hermanos, Francisco, se hiciera igualmente con la propiedad de alguna casa en Benalúa, pero sí que fue bautizada una calle de Campoamor con su nombre. ¿El mérito? Ser el dueño de un chalé que había en dicha calle y ceder parte del terreno para su urbanización.

Hermano o primo de éstos era Emilio Carratalá, cantante alicantino que actuó por Andalucía entre 1860 y 1868, embarcándose rumbo a Cuba en 1869 con la compañía de Joaquín Gaztambide. Cuenta Vidal Tur que en 1889 le pidió a su pariente Francisco Carratalá que le buscara una casa en Benalúa, pues sentía añoranza de su tierra natal y quería venir a morir aquí. Cumplió éste con el encargo, pero Emilio murió en La Habana cuando se disponía a regresar.

Ramón Campos Carratalá fue el abogado defensor de los oficiales de Prisiones procesados durante el juicio que se celebró en noviembre de 1936, siendo el principal acusado el fundador de la Falange.

Ramón Carratalá fue concejal de Unión Republicana durante la Guerra Civil. Francisco Carratalá era teniente de la Brigada Perea en el frente de Madrid (1937).

Ernesto Carratalá

Ernesto Carratalá Cernuda nació en Alicante el 22 de octubre de 1887. Fue militar de carrera, alcanzando el empleo de teniente coronel de Ingenieros en diciembre de 1935.

Masón y socialista, en 1934 cofundó la Unión Militar Antifascista, formando parte de su Comité Nacional, que al año siguiente se fusionó con la Unión Militar Republicana, constituyendo la Unión Militar Republicana Antifascista.

El golpe de Estado de 1936 le sorprendió en Madrid, en el cuartel de Campamento, al mando del Batallón de Zapadores. Varios capitanes golpistas le dispararon hasta matarle porque se disponía a entregar armas a los milicianos.

Periodistas

Enrique Climent Carratalá fue administrador de El Día, desde la fundación del periódico (1915) hasta su muerte (1933).

Rafael Antón Carratalá fue redactor de Diario de Alicante. Pero también era abogado y el 31 de agosto de 1936 fue designado magistrado interino del Tribunal de Justicia Popular. En mayo del año siguiente ocupaba la presidencia de la Audiencia de Alicante. Al finalizar la guerra se exilió a Filipinas.

El torero Ángel C. Carratalá

Gran consternación produjo en Alicante la noticia de la muerte de Ángel C. Carratalá.

Había nacido en la alicantina calle Bazán en mayo de 1904. Era hijo de Juan Celdrán (empleado de la Compañía de ferrocarriles M.Z.A.) y Marina Carratalá. Su abuelo paterno había sido alcalde de la ciudad y el materno era uno de los socios de la consignataria Carratalá Hermanos.

A los 14 años dejó los estudios para ingresar como aprendiz en la ferretería de Agustín Mora. En ella estuvo tres años. Luego marchó a Valencia, donde trabajó también como ferretero.

Con ayuda de otro alicantino, Pepe Ríos, logró actuar como sobresaliente en una becerrada celebrada en la plaza de Castellón y, al año siguiente (1923), debutó como matador en Requena. A partir de entonces en los carteles figuraría su nombre como Ángel C. Carratalá.

Durante los siguientes seis años toreó en diferentes plazas de España, cosechando grandes triunfos y merecida fama, en opinión de los entendidos. Cinematográfica Alicantina estrenó una película dedicada a sus faenas.

Pero el domingo 28 de julio de 1929 sufrió una gravísima cogida por parte de su primer toro, en la plaza de Inca. Según un testigo, al salir el toro, «que era negro y corniapretado le dio dos capotazos de tanteo y al recogerlo por tercera vez fue enganchado por el vientre. El diestro permaneció medio minuto en el aire viéndosele hacer esfuerzos sobrehumanos en el testuz del toro para evitar que lo destrozara. Cayó al suelo y sangrando fue llevado a la enfermería (?)». Murió a las diez y veinte de la mañana del día 30. Su cuerpo fue trasladado desde Palma de Mallorca hasta Valencia, y acompañado hasta aquí por una caravana de coches organizada por el alicantino Club Carratalá.

Bernardo Carratalá

En 1940, Bernardo Carratalá Poveda abrió su taller de carpintería y decoración en Joaquín Costa, 16-18. Durante ese mismo año trabajó en la reconstrucción del Camarín y en la restauración de la iglesia de la Verónica, de la Santa Faz. Había nacido en Alicante en 1887 y estudiado en la Academia de la Real Sociedad de Amigos del País y en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos, en Valencia.

Como pintor escenógrafo trabajó en los teatros alicantinos Sport, Salón Granados, Ideal, Salón España y Novedades.

Murió en 1965 y el 7 de diciembre de 1967 el Ayuntamiento puso a una calle de Virgen del Remedio el nombre de Escenógrafo Bernardo Carratalá.

Antonio Ramos Carratalá

Nacido en Cartagena el 23 de octubre de 1896, su madre era alicantina.

En 1940, siendo comisario del Gobierno y director-gerente de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Alicante, fusionó ésta con las Cajas de Cartagena, Murcia, Yecla, Jumilla y Sindicato Católico-Agrario de Yecla, constituyendo la Caja de Ahorros y Monte de Piedad del Sureste de España. Con posterioridad se incorporaron otras cajas de ahorro, como la de Elche (1941) y la de Caudete (1942). A partir de 1944 se produjo la expansión de la Caja del Sureste, con sucesivas inauguraciones de institutos sociales y musicales, bibliotecas, salas de exposiciones y aulas de cultura.

Le fue concedida en 1953 la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo y, en 1966, el título de Hijo Adoptivo de Alicante. Fue nombrado presidente del Consejo de Administración de la Caja de Ahorros del Sureste de España en 1969. Falleció el 13 de enero del año siguiente.

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