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Vicent Marzà

«No tiene perdón que los niños estén en barracones tras tanto despilfarro»

El jefe de Educación admite que no se esperaba las dimensiones «antiéticas» de Ciegsa

A Vicent Marzà (Castellón, 1983), el primer maestro que ocupa el cargo de conseller de Educación, se le ilumina la mirada al empezar a hablar de innovación pedagógica. «Eso es lo realmente importante, más allá de polémicas más políticas», dice. Atravesado el ecuador del curso recibe a este diario en su despacho, dominado por un gran cuadro del pintor Antoni Miró (Alcoy, 1944) del que pende una bicicleta pintada de añil. Lo que más «encuentra a faltar» tras ocho meses de conseller, confiesa con ganas de descolgar el velocípedo y echarse al monte. Otro de sus referentes también es alcoyano: el cantautor y actor Ovidi Montllor (1942-1995).

Acaba de prometer que en cuatro años construirá 124 colegios e institutos y además eliminar los barracones en otros 116 centros. ¿No le da vértigo el reto?

Sí, claro que me lo da, pero hemos venido aquí para comprometernos e intentar transformar la educación. Y, por tanto, tenemos que dar pasos valientes y buscar los recursos que hagan falta para invertir en la mejora de la calidad de la educación. Algo que es necesario tras tantos años de gastarse el dinero en cosas que no eran precisamente la educación pública.

¿Se esperaba todo lo que está saliendo a la luz de la trama de sobrecostes en Ciegsa, la empresa pública creada por el Consell del PP para acelerar la construcción de centros docentes?

No me esperaba que fuera una cuestión tan organizada. Y, sobre todo, que tuviera una dimensión tan antiética. En la oposición habíamos solicitado mucha información, pero no nos la dieron y ahora que hemos entrado en la conselleria y la hemos conseguido lo que hemos hecho es llevarla a la Fiscalía. La duda que me queda es qué estaban haciendo los anteriores responsables políticos que ahora no está implicados, que no están siendo investigados. ¿Dónde estaban mirando cuándo estaba ocurriendo todo aquello en Ciegsa?

¿Además de llevar los papeles de Ciegsa a Anticorrupción, prepara otro tipo de actuaciones?

De momento, lo que estamos haciendo es colaborar al 100 % con la justicia y la Guardia Civil en los registros. Además, seremos totalmente transparentes. Contra la opacidad, el clientelismo y la corrupción, lo que hace falta es transparencia, coherencia y criterios claros, objetivos y evaluables. Y por eso presentamos el plan de actuaciones del nuevo mapa escolar, para que todo el mundo pueda evaluar si estamos cumpliendo o no.

¿Se plantea ordenar una auditoría de las adjudicaciones de Ciegsa durante la etapa de Máximo Caturla, uno de los supuestos cabecillas de la red de mordidas en la obra pública que se investiga en la Operación Taula?

Estamos dando toda esa información ya a la Fiscalía, y ella misma lo podrá evaluar. El Informe de la Intervención de la Generalitat ya hace como una especie de auditoría sobre esos desorbitados sobrecostes. Nosotros haremos todo lo que haga falta para que: uno, que devuelvan todo ese dinero; dos, que paguen por lo que han hecho; y tres, que aquellos que estaban mirando hacia otro lado den explicaciones, porque nos estábamos jugando el dinero de todos. Estamos hablando que con los centros que podríamos haber construido con esos sobrecostes habríamos terminado de cubrir todas las necesidades educativas del País Valencià, y eso es una auténtica barbaridad. No tiene perdón que los niños aún estén en barracones tras tantos años de despilfarro.

Habla usted de criterios objetivos transparentes a la hora de priorizar los centros a construir y ya advirtió que esto le granjearía críticas incluso de ayuntamientos del mismo color político que el Consell, como así ha sido sobre todo en el caso de Alicante. Y también la confederación de Ampa mayoritaria en la escuela pública, la Gonzalo Anaya, reclama la construcción de una veintena de centros más.

Las declaraciones de la Gonzalo Anaya a nosotros, la verdad, es que nos hacen pensar que lo hemos hecho muy bien. Si sólo reclaman 20 centros es que hemos cubierto más del 90 % de las necesidades. Estamos en una situación muy complicada y era muy arriesgado y valiente salir ante la ciudadanía y decir: «mirad, esto es hasta dónde pensamos que podemos llegar, exprimiéndonos al máximo, pero vamos a trabajar y hay unos criterios claros». Hay algunas demandas que nos han hecho los ayuntamientos y no las hemos incluido porque no responden a necesidades de planificación educativa. Un alcalde puede pedir una escuela nueva, pero si no hay una necesidad de escolarización no vamos a construirla.

Otra de las apuestas del Consell es el plan de gratuidad de libros de texto. En muchos municipios las familias ya han cobrado o van a recibir los primeros 100 euros. ¿Cómo valora la marcha de «XarxaLlibres»?

Muy positiva. En tan sólo unos meses decenas de miles de familias han recibido una ayuda para la adquisición de libros y, sobre todo, han empezado un proyecto pedagógico basado en el banco de libros, en compartirlos y en ponerlos en común, para que el próximo curso no tengan que hacer el esfuerzo de comprarlos en una educación que al ser obligatoria debe ser gratuita.

El adelanto de la escolarización gratuita a los dos años en los colegios públicos es otra de sus iniciativas estrella. El plan piloto que pusieron en marcha en octubre en 36 centros cumple su primer trimestre. ¿Cómo está funcionando?

Hemos creado 70 puestos de trabajo y no se ha destruido ninguno; hemos dado una oferta que hasta ahora no existía pues el 86 % de los niños del plan piloto no estaban escolarizados en Centros de Educación Infantil (CEI) privados; y, además, estamos dando una educación de calidad en un tramo muy importante para reducir las desigualdades como es el de 0 a 3 años. Por tanto es positivo, no sólo pedagógicamente, sino también socialmente. Y esto es lo que toca, porque la educación va más allá de lo que pasa en las aulas e incide en la cohesión social.

Pero dicho plan ya suma dos denuncias por discriminar a la concertada, una de ellas interpuesta por la patronal del sector. ¿Le preocupa esta judicialización?

No, no me preocupa, pienso que son medidas de presión para defender lo que ellos consideran que es su espacio. Nuestro objetivo es que cada día haya más familias que lleven a sus niños a los centros de 0 a 3 años. Por ello estamos revisando el Bono Infantil para que tenga más impacto y haya más personas que puedan escolarizar a sus hijos.

Cuando eran oposición culpaban del fracaso escolar al incremento de las ratios de alumnos por aula ordenado por el PP. Ahora que gobiernan las van a bajar de forma progresiva y limitada, con lo que se tardará 9 cursos en volver a la situación de antes de los recortes de 2012. ¿Por qué no las bajan en todos los cursos a la vez?

Porque primero no tenemos los recursos suficientes. Los valencianos sufrimos una infrafinanciación que nos ahoga cada día. Y, dos, durante años y años de recortes del PP las medidas organizativas incluso dentro de las aulas dificultan mucho el desdoblar algunos cursos y lo que tampoco podemos hacer es sacar a niños de un colegio y llevarlos a otro. Vamos a exprimir al máximo nuestros recursos empezando a reducir las ratios en los cursos iniciales de Infantil, ESO, Bachillerato y de FP. Además, lo que sí que aseguramos es que en aquellas aulas donde se supere la ratio, si el alumno se va no se ocupará esa plaza.

La eliminación del distrito único de escolarización, con la consiguiente vuelta a primar la cercanía del domicilio a la hora de obtener plaza en los colegios más demandados, y la supresión del punto que concedían los centros normalmente a los hijos de antiguos alumnos, ha puesto en pie de guerra a la concertada. Le acusan de torpedear el derecho de las familias a elegir centro...

Es todo lo contrario. Lo que estamos haciendo es garantizar la libertad de elección. Hasta ahora era el colegio quien escogía al alumno en función de criterios que determinaban puntuaciones aleatorias que beneficiaban a un determinado segmento de la población. Nosotros, lo que hemos dicho es que todos los centros sostenidos con fondos públicos deben tener los mismos criterios. Cualquier padre o madre puede libremente elegir el centro que quiere para sus hijos, pero si la demanda supera la oferta de plazas, se tendrá que desempatar. ¿Cómo se desempataba hasta ahora? Eligiendo el colegio. De la forma en que lo vamos a hacer no desempata el centro, sino las condiciones del entorno. En este caso, una cosa tan sencilla como la proximidad al centro. Pero todo esto, en caso de empate. ¡Nadie está obligando a nadie a ir a una escuela determinada! Todo el mundo puede elegir y, en caso de empate, hemos introducidos criterios transparentes y de sentido común.

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