El invierno más cálido desde 1955, y con 24 grados de máxima el domingo en el aeropuerto de Alicante-Elche, la más alta de la península. Este es el balance que hizo ayer público la Agencia Estatal de Meteorología de una estación que no se recordaba tan benigna -térmicamente, porque ha llovido un 80% de media menos que lo normal- en la provincia de Alicante, donde ayer se volvieron a superar los 22 grados en muchos municipios, tras un mes de enero en el que sólo hubo dos días de frío (17 y18) y se rebasaron los 25 grados de máxima en Pego. Sesenta y un años -en Alicante los observatorios guardan registros de los últimos cien años- hacía que no hubiera un anticiclón tan potente sobre el Mediterráneo, circunstancia que los expertos vinculan a dos factores: el cambio climático y la fortaleza de la corriente del Niño, una masa de aire frío que se genera todos los inviernos en el Pacífico y que acaba por afectar a la circulación atmosférica de todo el planeta. Un invierno cálido que, unido al mal tiempo de Gran Bretaña y los desvíos de cupos de turistas desde Túnez y Turquía, ya hizo que el aeropuerto Alicante-Elche registrara el mejor diciembre de su historia.

Ayer, 1 de febrero, las playas seguían ofreciendo, sobre todo en Benidorm, estampas primaverales y, en algunos casos, veraniegas como en la playa de Levante a media mañana. Por la noche, no obstante, refresca e, incluso, en muchas poblaciones de la montaña ayer bajaron de los cinco grados. En cuanto al pasado enero, las temperaturas extremas se marcaron en Pego, con 25,2 grados de máxima y Villena, con 6,3 grados bajo cero de mínima. El mes pasado, la temperatura media en la provincia fue de 13,8 grados, dos más alta de lo normal. Y en cuanto a la lluvia, sólo hubo un día de precipitación recogiéndose 7,8 litros por metro cuadrado, un 73% menos de lo normal, según los datos del Laboratorio de Climatología de la Universidad.

Desde 1940 y añadido ya éste, otros inviernos muy cálidos han sido los de 1955, 1966 y 1995, de gran sequía en los que el anticiclón marca las jornadas, según apuntó ayer Jorge Olcina, director del Laboratorio del Clima de la Universidad. «Estamos teniendo un invierno de manual en un escenario de cambio climático como el que se apunta en los paneles del clima que dan para final de siglo un aumento medio de dos grados en las temperaturas».

En observatorios con más de cien años de datos, como los de las ciudades de Alicante y Castellón, la temperatura media de enero de 2016 no supera a la de 1955, pero en el observatorio de Valencia, con datos desde 1869, el pasado enero ha sido el más cálido desde que hay registros. En concreto, según el informe de la Aemet, el enero más frío en Valencia fue en 1891 con una media de 5,8 grados y 125 años después, en 2016, se ha registrado el mes de enero más cálido, con 14,5 grados de media.

Las temperaturas más bajas de enero se registraron el día 17, con heladas moderadas en localidades del altiplano interior sur de Valencia e interior norte de Alicante como los -6,3 grados de Villena. Además, enero fue el menos lluvioso de los últimos diez años y resultó seco o muy seco en el 90 % del territorio y sólo en el 10 % restante (sur de Alicante) fue normal.

Previsión

El ambiente primaveral se mantienen hasta el jueves, día en que rozará la provincia un frente frío que puede dejar lluvias débiles. El viernes de nuevo anticiclón y así hasta mediados de ames cuando volverá el aire frío que dejará varios días «invernales, pero durarán poco», avanzó Jorge Olcina.