La crisis económica que azota España desde el último trimestre de 2007 está golpeando de lleno a distintos sectores de la sociedad. Entre ellos los jóvenes, uno de los colectivos más castigados por las dificultades para encontrar un trabajo. Esa falta de oportunidades laborales, unida a la precariedad de muchos empleos, ha provocado que un elevado porcentaje de jóvenes alicantinos no puedan hacer la maleta para «emigrar» del hogar familiar. El último informe del Consejo de la Juventud de España, publicado recientemente con datos del primer trimestre de 2015, revela que sólo el 22,6% de los menores de 30 años que residen en la Comunidad han podido emanciparse. Es decir, cuatro de cada cinco jóvenes siguen conviviendo con sus padres.
En total, son 158.189 personas de menos de 30 años las que han podido marcharse del hogar familiar en Alicante, Valencia y Castellón, un 0,94% más que en el mismo periodo del año anterior. Ese ligero porcentaje rompe la tendencia que venía produciéndose desde el inicio de las turbulencias económicas. Cuando la crisis comenzó a azotar el país, un elevado número de jóvenes que ya se habían emancipado se vieron obligados a emprender el camino de regreso a la vivienda de sus progenitores. Esa tendencia se ha venido manteniendo invariable... hasta ahora. Al fin se ha roto y al cierre del primer trimestre de 2015 había más jóvenes emancipados que en el mismo periodo del año anterior, de acuerdo con los datos recabados por el Consejo de la Juventud. Por lo menos, entre los menores de 30 años. En la franja de edad que va de los 30 a los 34 años, la tasa fue del 78,1%, aunque en el primer trimestre del pasado año había un 2,84% menos de jóvenes emancipados que un ejercicio antes.
Hogares unipersonales
El extenso informe que ha elaborado esta plataforma que aglutina a 76 entidades juveniles españolas revela además que cada vez son más los jóvenes que deciden irse a vivir solos. «En la Comunidad destaca el peso relativo de la emancipación residencial en solitario; 4 de cada 10 hogares creados son unipersonales», avanza el estudio.
Pero, ¿qué características tienen los jóvenes que logran independizarse? ¿Poseen titulaciones primarias o superiores? o, por el contrario, ¿carecen de estudios? El informe también lo detalla. «Son las personas jóvenes que no cursan estudios en la actualidad las que en mayor medida consiguen la emancipación residencial, un 36,7%, mientras que tan solo el 11,0% de los y las jóvenes que siguen estudiando han logrado establecerse en un hogar independiente al de origen», explica el documento.
Una de las dificultades para poder independizarse es la precariedad laboral. Pese a que el Gobierno central lleva meses destacando que la crisis tocó fondo y el país se encuentra en una clara senda de recuperación, los datos continúan siendo demoledores. «Las condiciones laborales de la población joven asalariada de menos de 30 años (en la Comunidad) han empeorado con respecto a un año atrás», apunta el informe. Y añade: «Tanto la sobrecualificación en el puesto de trabajo como la temporalidad laboral han aumentado notoriamente en los últimos doce meses. En el primer trimestre de 2015, el 53,1% de las personas asalariadas de menos de 30 años que no cursa estudios está en empleos que requieren una cualificación inferior a la poseída, el segundo porcentaje de sobrecualificación más bajo de España». En total son 81.900 jóvenes los que ocupan un puesto de trabajo que requiere una formación inferior a la que en realidad poseen.
Todo ello ha contribuido a que los valencianos menores de 30 años se encuentren entre los más pobres del país, tal y como concluye el Consejo de la Juventud de España: «En 2014 (últimos datos disponibles), la tasa de pobreza entre la población joven de menos de 30 años de la Comunidad Valenciana era del 45,0%, 8,6 puntos porcentuales superior a la media».
