La provincia de Alicante sería la más vulnerable de la Comunidad Valenciana en caso de que se produjera un terremoto, ya que el 13 % de sus edificios podría sufrir daños graves, mientras que en la de Valencia el porcentaje afectado sería del 8 % y en la de Castellón del 0,2 %.

En términos generales, el 58 % de los edificios de la Comunidad Valenciana no experimentaría daños moderados ni graves, un porcentaje que se incrementa al norte y va disminuyendo progresivamente en Valencia y Alicante.

Así lo recoge un estudio realizado por investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) sobre la vulnerabilidad sísmica vulnerabilidad sísmicade los edificios residenciales de la Comunidad, han informado fuentes de la institución académica en un comunicado.

El trabajo permite estimar los daños ocasionados por un hipotético terremoto, tanto en edificios residenciales como en aquellos de importancia vital, como hospitales o centros de coordinación de emergencias, así como los posibles daños a la población.

En el informe se concluye que ante un posible terremoto -con intensidad igual o superior a VII, según la Escala Macrosísmica Europea (EMS-98)- en Alicante un 13 % de los edificios podría sufrir daño grave; en la provincia de Valencia el porcentaje se sitúa en un 8 %; y en la de Castellón en un 0,2 %.

Torrevieja, la población con más riesgo

Por poblaciones, Crevillente, Elche, Orihuela y Torrevieja, todas en Alicante, son las que presentan los mayores porcentajes de edificios con riesgo de sufrir daños graves, con porcentajes que rondan el 22 % en las tres primeras, mientras que en Torrevieja, éste asciende hasta el 29,8 %.

El estudio cataloga como inhabitable el 43 % de edificios de la localidad alicantina, aunque, según Rafael Temes, del departamento de Urbanismo de la UPV, todo ello "debe contextualizarse dentro de la hipótesis de ocurrencia de movimientos sísmicos con una intensidad igual o superior a VII, según la EMS-98, para un período de retorno de 500 años".

Ha precisado que "un área con una peligrosidad sísmica de grado de intensidad VII, para un periodo de retorno de 500 años, implica que existe una probabilidad del 10 % de que se produzca una sacudida del suelo de grado VII, en un periodo de retorno de 50 años".

En el estudio, los investigadores identificaron las características constructivas de las tres provincias así como la antigüedad de sus edificios.

A partir de estos valores y como resultado de una detallada metodología de análisis, han obtenido datos de especial interés sobre la vulnerabilidad sísmica del territorio valenciano, ofreciendo al mismo tiempo la estimación de los daños potenciales que se derivarían de un probable sismo.

Toda la información se ha gestionado mediante un sistema SIG, que permite mapear el riesgo sísmico y trabajar con un gran número de bases de datos necesarias para la gestión de la emergencia de una manera eficiente, según las mismas fuentes.

Además, los investigadores de la UPV han diseñado una geodatabase, con más de 50.000 registros de edificios y otras infraestructuras, que resulta de gran eficacia para la valoración de riesgos y que sería de gran utilidad para futuros sistemas de gestión de emergencias y respuesta rápida.

Este trabajo, desarrollado por encargo del Instituto Valenciano de la Edificación, forma parte del Plan Especial frente al Riesgo Sísmico, obligatorio en la Comunitat Valenciana por tener intensidades sísmicas superiores a VII grados.

El estudio ha sido redactado por los profesores Begoña Serrano, del Departamento de Mecánica de los Medios Continuos y Teoría de Estructuras; y Rafael Temes y Sergio Palencia, del Departamento de Urbanismo, con el asesoramiento experto del ingeniero consultor Javier Yuste.