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Ni sentarse en el Postiguet

Los bancos de madera situados junto al espigón sur de la playa presentan multitud de deficiencias

Ni sentarse en el Postiguet

Imposible sentarse en el Postiguet para disfrutar de un amanecer o simplemente para descansar tras un paseo por el litoral. Los bancos de madera situados junto al espigón sur, en los bajos de los hoteles, ofrecen una imagen muy alejada de la aceptable en una zona muy transitada por alicantinos y también por los visitantes que quieren disfrutar de las vistas de la playa, con el Castillo y su peculiar «cara del moro» al fondo.

Algunos de los bancos de madera, directamente, se encuentran fuera de su lugar natural. Pero el problema no solo se circunscribe a una cuestión de «cambio» de ubicación, sino que la mayoría presenta graves desperfectos, que en ocasiones impiden directamente que se puedan usar.

Como se puede observar en las imágenes, hay bancos con el respaldo fuera de sitio, luego están a los que les faltan varios de los módulos que deben dar forma al asiento, dejando al aire las patas. Sin pasar por alto los bancos que se encuentran astillados, con el peligro que eso puede suponer para los viandantes, sobre todo para los pequeños que paseen por la zona.

De hecho, una minoría son los bancos junto al espigón donde se ubican el Meliá y el Spa Porta Maris que se encuentran en un estado aceptable para que los visitantes puedan hacer uso de ellos.

Esta situación, sin embargo, no se da únicamente en la turística playa del Postiguet, sino que también se repite a día de hoy por la mayoría de los parques de la ciudad. Por ejemplo, en el céntrico paseo de Doctor Gadea se pueden encontrar bancos con multitud de deficiencias, al margen de espacios reservados para bancos, donde los hubo en su momento.

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