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Tampoco en la Explanada

Las sustracciones y el desgaste reducen considerablemente el número de asientos en el tradicional paseo

Tampoco en la Explanada

Las sillas de madera forman parte de la estampa de la ExplanadaExplanada, tanto como las palmeras o la Concha. Pero en los últimos meses el número de estas banquetas, que cada mañana se distribuyen de forma gratuita por el paseo, ha ido disminuyendo notablemente como consecuencia de los robos y el deterioro. Tanto que estos días apenas quedaban una veintena de sillas para desesperación de sus usuarios, por lo general personas de edad avanzada.

«Normalmente había 40 ó 50 sillas. Ahora hay muy pocas y la mayoría están rotas. Es peligroso porque alguna persona ya ha sufrido una caída», señalaba estos días Juan, un jubilado alicantino habitual de la Explanada. Los usuarios denuncian que desde este verano apenas se reponen las sillas. «Nos es raro que se las lleven, pero habitualmente el Ayuntamiento las reponía cada cierto tiempo. Hace meses que no compran sillas nuevas», sostiene este vecino.

Tal escasez de asientos provoca incluso situaciones incómodas. Así lo asegura Máximo, amigo de Juan, quien se queja de que «tenemos que madrugar mucho para conseguir una silla libre y a veces hasta ha habido peleas. Una situación muy fea». Los bancos no son opción para estas personas de edad avanzada. «Son fríos porque están hechos de piedra y no tienen respaldo, así que te levantas hecho polvo», explica Máximo.

Otro jubilado, que prefiere ocultar su nombre bajo las siglas de J. G. O., asegura que quienes roban las sillas «lo hacen para llevarlas a sus chalés y así tener un elemento de recuerdo típico de la ciudad». Por su parte, uno de los camareros que trabaja en una terraza de la Explanada señala que las sustracciones son constantes. «Por la noche llega personal del Ayuntamiento y las recoge, pero es que las roban por el día. Estamos cansados de ver gente que coge sillas y se va caminando con ellas por la Rambla».

Desde el Ayuntamiento, la edil de Mantenimiento, Gloria Vara, sostiene que la falta de presupuesto ha impedido hasta ahora reponer los asientos. Sin embargo, asegura que en enero «se hará un recuento de las sillas y se verá cuántas están mal para su inmediata sustitución ya que ante todo prima la seguridad de los usuarios, en su mayoría personas de edad avanzada».

Vara asegura que la falta de sillas se debe más al desgaste que a las sustracciones. «Las sillas se utilizan mucho, porque también se cogen cuando hay conciertos en la Concha, por lo que al final acaban rompiéndose».

Con todo, además de aumentar su número a comienzos de año, desde el Ayuntamiento se está buscando un lugar más adecuado para guardarlas y evitar los robos. «Tiene que ser un lugar cercano a la Explanada, porque no podemos gastar dinero en el transporte diario de las sillas», sostiene Vara. Y es que, la edil de Mantenimiento afirma que frente a las sustracciones, poco se puede hacer desde el Consistorio. «Las sillas están todo el día en la calle y no se puede poner un policía detrás de cada una para evitar que la gente se las lleve».

Hace unos años el Ayuntamiento cifró en 40 las sillas que se sustraen cada año. Una «broma» que entonces le costaba a las arcas municipales 25.000 euros. En verano de 2014 el Consistorio hizo una importante inversión en la renovación de los asientos.

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