ctualmente las mujeres suman el 10% de los alrededor de quinientos agentes de la Policía Local de Alicante, pero cuando llegaron Asunción Botella Jaen y María Teresa Gadea Calvo, hace más de dos décadas y dentro de la misma promoción, sólo había cinco compañeras. «Maite y yo fuimos las primeras en llevar pantalones - explica Asunción - . Las dos decidimos apuntarnos a un servicio voluntario en la grúa en el que se vestían pantalones y chaquetilla. No nos lo podían negar y aunque provocó un poco de perplejidad tuvieron que admitirnos y nos dieron un uniforme como el de los hombres».

Por entonces tampoco podían patrullar juntas dos mujeres y volvieron a ser pioneras, puesto que estuvieron ocho años en el servicio nocturno. Nuevos cometidos profesionales las separaron y hace un tiempo volvieron a coincidir casualmente en el departamento de Atestados, con el que estaban trabajando en plena calle el pasado mes de enero cuando por la radio policial escucharon un comunicado sobre un señor que estaba tumbado en la calle en el Paseo de Gadea con indicios de un infarto. Asunción explica que «mandaron a un coche patrulla, pero estábamos cerca. El hombre, de unos 70 años, estaba en el suelo, rodeado de gente, totalmente cianótico, morado, se notaba que le faltaba oxígeno».

Durante los diez o quince minutos que tardó el SAMU - por una confusión de los testigos primero llegó una ambulancia convencional por lo que hubo que llamar a una unidad con equipo médico - las dos agentes insuflaron aire al hombre a través del boca a boca mientras un policía autonómico de servicio en la Casa de las Brujas le realizaba masaje cardiaco. «Cuando el médico del SAMU le atendió y dijo que el hombre había salido de la crisis y que se iba a poner bien, los tres nos emocionamos porque estábamos viendo cómo a una persona se le iba la vida. Fue un momento muy bonito, nos miramos y no lloramos por poco», apuntaba ayer María Teresa.

En su informe el SAMU recoge que con su actuación las dos policías minimizaron los riesgos del ataque al evitar no sólo que falleciera sino que que le faltara oxígeno al cerebro. Por esta actuación las dos mujeres recibirán el jueves la Medalla al Mérito Policial con Distintivo Azul que les entregará la Conselleria de Justicia e Interior en un acto que se celebrará en Valencia.

Contentas y sorprendidas, estas dos mujeres policías y madres - una tiene dos hijos de 8 y 10 años, y la otra una niña también de 8 - creen que esta condecoración que reciben por una acción puntual es plural y reconoce una trayectoria profesional y una forma de trabajar. «Y no sólo la nuestra - apunta Asunción - porque la Policía Local de Alicante presta muchos servicios buenos y brillantes, de seguridad ciudadana, malos tratos, niños en situación de desamparo, intermediación de conflictos. Servicios que se ignoran, porque estamos asimilados al tráfico, a las multas y a la grúa, cuando realmente hacemos muchas más cosas que los ciudadanos ignoran quizá por un problema nuestro de comunicación. Estamos encasillados en una parcela cuando la Policía Local hace muchas más cosas».

Aunque María Teresa asegura que disfrutó «regulando el tráfico y manteniendo las calles libres de coches mal aparcados», a la mente le vienen servicios de atención a personas desamparadas, vulnerables, «que pasan inadvertidas al ciudadano, personas desaparecidas y buscadas por familiares, a quienes nadie ve. Como una mujer llorando en la mesa de al lado en un café, que te cuenta que su marido la ha maltratado, porque la relación de poder del hombre sigue ahí y no se acaba nunca. Es gratificante ver más allá del bosque y discriminar los problemas».

Por su parte Asunción recuerda especialmente a una joven alemana con las facultades mentales perturbadas que encontró por las calles de Alicante con una niña de 7 años, buscadas por otros familiares en su país. «Y el de una chica de Bélgica desaparecida que detectamos Maite y yo, cuyo caso había salido en un programa de su país, que huyó por un tema de malos tratos». El sector de la Policía Local del Sindicato de Empleados Públicos manifestó ayer su satisfacción por este reconocimiento «al que sólo puede accederse tras demostrar un celo profesional impecable e inapelable».

"

"

"

"