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Pablo Rosser

«Deberíamos proponer que la Cara del Moro se declare Patrimonio de la Humanidad»

«La arqueología, desde el punto de vista del turismo, se percibía como un enemigo», lamenta

«Deberíamos proponer que la Cara del Moro se declare Patrimonio de la Humanidad» pilar cortés

¿Qué podemos encontrar en su libro?

Va sobre la historia de los arqueólogos de los siglos XIX y XX. Bajo esa excusa realizo un análisis de la evolución urbana de Alicante. El libro habla de héroes, arqueólogos y arqueólogas que, frente al interés privado de ganar dinero, lucharon para salvaguardar el patrimonio. Lo analizo a la vez que se estudio cómo crece y se urbaniza la ciudad. También refleja cómo, dependiendo de la ideología, se cambia el concepto que se tiene de cultura y se cercena o no la libertad de expresión y se prohíbe o no el trabajo.

¿Puede poner algún ejemplo?

Por ejemplo, el caso de Lafuente Vidal, catedrático de Griego en el instituto Jorge Juan y arqueólogo, que trabajó mucho en la Albufereta. Después de la Guerra Civil, por haber sido republicano y masón, se le silenció durante diez años en su vida profesional. No pudo ejercer su profesión de enseñanza o arqueólogo durante diez años. Así, con la excusa de la vida de los arqueólogos del XIX y el XX se habla del Alicante ideológico, político e institucional.

¿Tiene una moraleja el libro?

Sí. Que si el político se dedicase a hacer política y dejara a los profesionales de la cultura ejercer como tal habríamos conseguido más cosas en un plazo de tiempo más corto y, probablemente, con menos dinero. Me refiero a la época a la que se ciñe el libro y, fundamentalmente, a la etapa franquista. Se demuestra cómo, según quien gobierna, se apoya más o menos a la cultura o se presiona más o menos a los arqueólogos. Y cómo ellos, los arqueólogos, se enfrentan al otro gran poder que es el dinero enfocado al urbanismo . De eso, Alicante sabe mucho. En esa línea, se habla de cómo surge el turismo y cómo se utiliza el turismo para especular.

¿Qué relación ha tenido el turismo con la arqueología?

En vez de ver la arqueología y el patrimonio como un elemento que valoriza el turismo, se veía como un enemigo.

¿Han desaparecido muchos yacimientos arqueológicos en los últimos años?

Algunos se han podido salvar, pero otros, no. Sobre todo en la zona de la Albufereta, antes de la democracia. Fue en la democracia cuando se crearon los primeros planes de protección urbanística y se crea la carta arqueológica que obliga a realizar excavaciones. El cambio es importante.

¿Hay ejemplos más recientes?

Ha habido errores y falta de voluntad política en algunos asuntos. Por ejemplo, cuando se hizo el Auditorio Provincial. Nosotros, desde el Departamento de Patrimonio Cultural del Ayuntamiento, lo paralizamos para que se conservara el refugio de la Guerra, pero al final no fue así. En democracia ha habido episodios negros, pero son minoritarios.

¿Debe cuidarse más el patrimonio arqueológico de la ciudad?

Más que cuidarse, incorporarse como recurso turístico muy potente. Alicante puede ofrecer, sin vergüenza y con la cabeza muy alta, una gran cantidad de recursos patrimoniales. A diferencia de otras ciudades, tiene dos castillos, aunque habría que rehabilitar y dotar de contenido al de San Fernando. Tiene 92 refugios de la Guerra Civil y no hay ciudad europea con tanto patrimonio. La Cara del Moro es única en el mundo, ¿por qué no plantearnos que sea Patrimonio de la Humanidad? Al menos, deberíamos proponerlo. El patrimonio cultural y arqueológico de la ciudad puede ayudar al desarrollo económico de Alicante.

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