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Aterrizan los aviadores de la República

El Archivo de la Democracia y la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes reciben fondos documentales

Aterrizan los aviadores de la República

A principios de 1938, recién llegado de su entrenamiento en la Unión Soviética, el piloto republicano Gregorio Gutiérrez aterrizó con su avión en un aeródromo alicantino, donde continuó su formación hasta ser destinado en Lleida. De ese aeródromo sólo queda la torre de control, que recuerda el pasado de un campo de entrenamiento militar convertido hoy en un Campus, el de la Universidad de Alicante, donde Gutiérrez volvió a «aterrizar» ayer a sus 99 años para firmar la cesión a la institución alicantina de varios miles de documentos, fotografías y otros objetos cesión documentos, fotografías y otros objetos de la Asociación de Aviadores de la República que él mismo preside para su custodia, conservación y difusión.

«Estos documentos tenían muchos novios. Entregamos a la Universidad de Alicante parte de nosotros mismos. Esperamos que haya sido una buena elección y cuiden nuestra memoria», manifestó.

Gutiérrez, que era piloto de bombarderos, es el único superviviente de aquellos aviadores que perdieron la Guerra Civil, lo que llevó a la mayoría al exilio, donde nació la agrupación, en concreto en México en 1950, como recordaron varios de sus integrantes, familiares de aviadores ya fallecidos, tras la firma del convenio de cesión a la Universidad de Alicante.

«En México había muchos exiliados, sobre todo aviadores. Un trabajador de las líneas mexicanas que volaba por todo el mundo se encargó de extenderla a Francia y Rusia y a otros lugares, y fue sobre todo solidaria, porque los que tenían dinero ayudaban a los que no», recordaron, antes de visitar la exposición «La Gloriosa» en el Museo de la Universidad.

En España la agrupación empezó a germinar en reuniones clandestinas con motivo de bodas y otros encuentros, y se legalizó en 1976, tras la muerte de Franco. Con el tiempo, lograron reunir un gran fondo documental formado por libros de vuelo, revistas, archivos personales, cartelería de guerra, documentación sobre procesos judiciales y consejos de guerra, y algo muy valorado por los aviadores republicanos: los documentos sobre el proceso de reconocimiento de todos ellos como personal del Ejército del Aire, es decir, como militares. El Archivo de la Democracia y la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, ambos dependientes de la Universidad, recibirán una copia digitalizada de todo el fondo que se custodia en la delegación catalana de la asociación, con sede en Barcelona, así como cajas con más de 3.300 fotografías físicas; más de 150 volúmenes de aviación; las memorias que empezaron a escribir los pilotos desde que pudieron volver del exilio; así como mapas, relojes, gorras y otros objetos.

«La Universidad de siente protectora de la historia», dijo el rector, Manuel Palomar, tras firmar el acuerdo de cesión, por el que la institución se compromete a la custodia y dinamización académica y cultural de los fondos, a su puesta en valor de cara a la investigación y a garantizar la unidad del legado.

«Un fondo como éste da una dimensión nacional al Archivo de la Democracia, damos un salto cualitativo importante. Todo se irá volcando en la web, que recibe visitas de todo el mundo», dijo uno de sus representantes, José María Perea, quien recordó que en el Campus se han localizado refugios de la Guerra Civil, y que cuando se construyó la línea del tranvía se descubrió un depósito en el que todavía quedaba combustible.

El Archivo de la Democracia celebró por la tarde su acto anual en el que distinguió a las ocho personas y entidades que le han donado fondos el último año, además de los aviadores republicanos, el exalcalde Ángel Luna, el urbanista José Ramón Navarro Vera, la familia Louis Cereceda, Carmina Pacheco, Ignacio Alcaraz, Llum Quiñonero y Antonio González.

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