Presidir durante 29 años la junta directiva de la hermandad de Santa Cruz dan para mucho. Para mucho trabajo y para hacer muchos y buenos amigos. Buena parte de ellos quisieron estar en la noche de ayer en una emotiva cena-homenaje con Ramón Riquelme, quien tras casi tres décadas se ha echado a un lado para que otros cojan el relevo y arrimen más el hombro, y quién mejor que su propio hijo, Ramón Riquelme Sánchez, nuevo presidente de la hermandad, para seguir sus pasos.

Riquelme recibió emocionado el reconocimiento de los más de 200 asistentes a la velada que tuvo lugar en el restaurante El Sorell, que representaban a todos los barrios alicantinos relacionados con las diversas fiestas de la ciudad, como Semana Santa, Hogueras, Moros y Cristianos o patronales, además de autoridades municipales, de la Diputación, de la Subdelegación del Gobierno y, en definitiva, buena parte de la sociedad alicantina vinculada a la Hermandad de Santa Cruz durante los 29 años de presidencia de Riquelme.

La directiva de la hermandad de Santa Cruz homenajeó a Ramón Riquelme nombrándole Presidente de Honor y otorgándole, además, por primera vez en su historia, la insignia de oro y brillantes de la entidad. La última sorpresa de tan emotiva noche llegó con la actuación de Antón Moreno, acompañado a la guitarra por Adrián Fernández.