El grupo municipal popular acusa al conseller de Educación de tratar de imponer el valenciano eliminando el estorbo que para eso suponía el distrito único a la hora de elegir colegio.

Los populares muestran en un comunicado su «total rechazo» a la eliminación del distrito único», porque para ellos es «la garantía de que los padres tengan el derecho y la libertad de elegir libremente la educación que quieren para sus hijos.Suprimirlo es quitar a los padres el derecho a decidir lo que consideran mejor para la educación de sus hijos».

Critican que el «gobierno de izquierdas de la Generalitat, en cuanto ha llegado al poder ha vuelto a poner en marcha los mecanismos de intervención y control de la Educación, con el objetivo de controlar el pensamiento de los ciudadanos. Resulta obvio que el distrito único es un obstáculo para imponer su modelo educativo, con elementos tan importantes para ellos como es la exclusividad de la línea en valenciano».

El PP incide en que «las administraciones públicas no pueden, en ningún caso, sustituir lo que es una responsabilidad única y exclusiva de los padres. Siempre respaldaremos un modelo plural que permita que cada cual pueda elegir el tipo de educación que crea más conveniente», concluyen.

Oportunidades

Marzà, por su parte, defiende que lo que busca el nuevo decreto de admisión -adelantado por este diario en su edición del lunes-, es que «las familias elijan a los centros y no los centros a las familias». Afirma el conseller que se «garantiza el derecho a la educación para todos en igualdad de condiciones, para que la educación sea un motor de cohesión social y que todo el mundo tenga las mismas oportunidades para acceder a un centro».

Insiste en que «todos los centros sostenidos con fondos públicos tengan los mismos criterios», y hace hincapié en que «no se obliga a nadie a ir a un centro. Se puede hacer la preinscripción en cualquiera y si hay más demanda que plazas, se barema».