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VIOLENCIA DE GÉNERO ENTRE ADOLESCENTES

Primeros amores malditos

La violencia de género en adolescentes es un problema muy grave y germen de una lacra que se ha cobrado 44 víctimas en Alicante en 10 años

Primeros amores malditos

Beatriz, de 16 años, acaba de dejar a su novio tras siete meses de relación porque «era demasiado posesivo. Me controlaba en todo. Un día fui de compras con mi abuela y, como no se creía que iba con ella, me hizo ponérsela al teléfono para comprobarlo. Otro día me hizo devolver una falda porque según él era muy corta. Al final era insoportable». Lo que Beatriz considera insoportable, lo sufren miles de adolescentes que, pese a los avances en igualdad, siguen aguantando malos tratos psicológicos o incluso físicos de sus parejas sin ser conscientes, en muchas ocasiones, del problema. En teoría los adolescentes rechazan de plano el maltrato y la violencia, pero, en la práctica, los viejos roles machistas siguen perviviendo, así como una concepción romántica que justifica el control excesivo y los celos por amor.

Todos los indicadores constatan un aumento de la violencia de género con víctimas menores de edad, una cuestión muy preocupante dada la virulencia del maltrato que este año se ha cobrado ya la vida de 45 mujeres en España. En la provincia, desde 2005, han sido asesinadas por sus parejas nada menos que 44 mujeres según datos del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, y no se percibe un retroceso de esta lacra sino que las víctimas son cada vez más jóvenes. Así se constata en las oficinas de ayuda a las víctimas del maltrato que en 2012 en la Comunidad atendieron a un centenar de chicas menores y en 2014 a más del doble, unas 70 de ellas en la provincia de Alicante.

«Es alarmante el retroceso que, según los expertos, estamos experimentando», ha indicado a este respecto la técnica de Igualdad de la Diputación Paloma Jerez Pomares, para quien «la reproducción de roles y estereotipos de género entre nuestros chicos y chicas es increíble. Parece que estemos ante una involución». Según el estudio del Injuve de 2015 sobre «La Percepción de la violencia de género en la adolescencia y la juventud», aunque mayoritariamente los jóvenes rechazan la violencia, un tercio considera normal e incluso «inevitable» controlar a la pareja en determinados momentos de la relación, señala Paloma Jerez, para añadir que «nosotros, desde la Diputación lo constatamos, pues los ayuntamientos y centros escolares demandan campañas de coeducación en las escuelas y de prevención de violencia de género para secundaria».

Un informe de la Universidad Complutense de Madrid de 2012 evidenciaba en 2012 lo preocupante de la situación: Un 11% de los chicos afirmaba haber insultado, humillado o agredido a sus parejas, y entre las chicas, el 12% se sintieron obligadas a mantener conductas sexuales no deseadas, un 10% se sintieron aisladas de sus amistades por influencia de su pareja, un 6% recibía insultos con frecuencia y un 4% confesaba que su pareja les había pegado.

Desde la Fundación Anar de Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo se ha detectado un incremento en las llamadas de menores por violencia de género de un 24,4% en 2014, «y este año sigue en aumento», tal como ha señalado Diana Díez, psicóloga y subdirectora de Anar, quien ha indicado que el aumento se viene detectando desde hace seis años de forma consecutiva con un 18,7% de casos con niñas de 12 a 14 años como víctimas de sus parejas. «El 51,1% de las chicas que son víctimas de violencia psicológica y de control que a veces es absolutamente voraz por parte de sus parejas, no son consciente de ser víctimas», señala Diana Díaz. «Identifican como problema lo que es la agresión física, pero cuando es psicológica disculpan los celos, el control o las amenazas como pruebas de amor, no como algo negativo, y así es difícil de resolver, por eso muchas veces los que buscan una solución son amigas de la víctima o familiares que lo ven desde fuera». Así lo reflejan testimonios como el de la madre de una joven de 15 años: «Mi hija entiende los celos como muestra de su amor, no lo entiende tal como es, que le está haciendo la vida imposible».

En este sentido, talleres de prevención de violencia de género en los institutos ilicitanos han dejado perlas como que a las chicas de 14 o 15 año les gustan los chicos guapos, inteligentes, fieles... pero también «celosos y con un punto de chulo». La Asociación Ilicitana contra la Violencia de Género (AIVIG) trabaja los estereotipos y prejuicios sexistas en los institutos, incidiendo en el falso mito del amor romántico. De hecho, un estudio en el que participaron 200 jóvenes, determina que una de cada diez adolescente sufre malos tratos a manos de su novio.

Dominio, chantaje y «sexting»

La forma más habitual de malos tratos entre los jóvenes es el dominio psicológico. «Las presionan pidiéndoles pruebas, si dicen que están viendo la televisión quieren saber qué y en qué canal o les obligan a tirar de la cadena para comprobarlo si ella dice que está en el baño», indican desde Anar. El control es típico de este tipo de violencia así como los celos, los intentos de aislar a la pareja de sus amistades y el chantaje. Los insultos, las burlas y la agresividad son frecuentes y, en los casos más graves, se llega a los golpes. En un 65% de los casos la violencia se da a través de las nuevas tecnologías; controlan los móviles y la presencia del otro en las redes sociales y también es cada vez más frecuente el «sexting» como prueba de amor y confianza que puede desembocar en la difusión de fotos íntimas sin el consentimiento de la víctima.

Este machismo se percibe en los institutos. «Intentamos, con tutoriales y actividades, luchar contra el machismo, pero sigue presente», ha señalado a este respecto el director del IES Cabanilles de Alicante, Alejandro Bernabéu. «El profesorado está muy concienciado y las familias también, pero estas conductas no se erradican», añade. La mediadora del mismo centro, Ana Cano, considera que «los estereotipos sexuales se siguen manteniendo. El rol del joven promiscuo macho y la joven promiscua golfa se mantiene». ¿Por qué, con tanta campaña de igualdad y en pleno siglo XXI? Ana Cano busca una explicación: «Tanto en redes sociales como en series, películas o televisión, hay ejemplos muy violentos y sexistas. Siempre los ha habido, pero ahora, los más groseros y los que más gritan son los iconos. No hay más que observar programas de mucha difusión entre los jóvenes para ver que el que más grita es el más chulo».

Educación y modelos

En el mismo diagnóstico abunda desde la Diputación Paloma Jerez. «Creo que la familia y la escuela son fundamentalmente los espacios y los núcleos donde se forja el cuadro de valores y principios que conforman la identidad de chicos y chicas. La prevención es la clave para la erradicación de la violencia de género. Y en eso creo que es en lo que estamos fallando. La educación y la concienciación ciudadana son nuestras asignaturas pendientes y por mucha legislación y recursos que tengamos esto no va a cambiar hasta que todos y todas salgamos a la calle a manifestarnos cada vez que una mujer es asesinada por su pareja o expareja... Algo que por desgracia no ocurre». Jerez incide además en que «la educación de nuestros chavales y chavalas necesita de un pacto familia-escuela-medios de comunicación porque determinados contenidos televisivos dejan mucho que desear. No podemos consentir que los referentes y ejemplos de nuestros hijos e hijas sean determinados personajillos públicos que lo máximo que han hecho sea arrimarse a alguien mediático para conseguir salir en la televisión, previo pago de una cantidad sustanciosa, vendiendo miserias de otros y otras.... o que su máxima aspiración sea participar en un reality para conseguir a un cachas o una "tía buena" sin pretender nada más». Paloma Jerez es rotunda al afirmar que «hemos de invertir mayores esfuerzos en la educación de los jóvenes en igualdad y en valores de respeto y tolerancia y aunar voluntades cuando se trata de derechos de las mujeres».

La violencia de la sociedad es el problema, a juicio de Marivi N. Cueli, vicepresidenta de la Asociación de Violencia de Género y Violencia Doméstica de la Provincia de Alicante, Alas Vivas, quien ha indicado que «hay una violencia horrorosa en la sociedad, de chicos contra chicas pero también hay maltrato de chicas a chicos o a otras chicas, o de menores a sus padres». A su juicio, «damos demasiado libertinaje a los jóvenes y se han perdido los valores. No tenemos reglas definidas y estamos creando maltratadores desde la escuela. Debemos incidir en el respeto a los demás, a la pareja, a las familias y a los amigos». En definitiva, en palabras de Paloma Jerez, «todos a una en conseguir una sociedad con grado de violencia cero».

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