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La caída del precio de la carne cierra 200 explotaciones ganaderas

La cabaña de la provincia se reduce un 25% en 5 años, lo que pone contra las cuerdas a un sector que mueve 60 millones al año

La caída del precio de la carne cierra 200 explotaciones ganaderas loíno

La alarmante caída de los precios que ofrecen los intermediarios (la persona que compra la carne y la que negocia después su venta a supermercados y minoristas) ha provocado que en los últimos cinco años la provincia haya perdido unas 200 explotaciones ganaderas, un 25% de las mil que había en actividad en un sector que mueve cerca de 60 millones de euros al año, pero que pasa desapercibido salvo en la derivada de la leche, cuyos productores son los que más se ha movilizado.

Según un informe de Asaja, el sector ganadero de la provincia genera empleo y facilita el mantenimiento de la población en zonas rurales, pero nunca se ha cuidado desde la Administración, como denuncia Julián Huertas, vocal de ganadería de la organización agraria. «Cada día estamos peor, y lo último que nos faltaba eran noticias como las de la Organización Mundial de la Salud, que aumentan la presión de los intermediarios a la hora negociar los precios». El valor económico de la producción ganadera en Alicante alcanza unos 60 millones de euros al año distribuidos en las 1.905 toneladas de bovino (3,8 millones de euros); 4.246 de ovino (1,4 millones); 37,4 de caprino (183.000 euros); 4.049 de porcino (5,4 millones); 35.766 de aves (44,6 millones) y 564 de conejo (1,1 millones), según Asaja. Actualmente, la cabaña está compuesta por unas 205.000 cabezas entre ovino, caprino, bovino y porcino.

Julián Huertas, vocal de ganadería de Asaja, abrió su explotación en 1982 con la compra de una finca para producir leche y carne de cabra. Comenzó con 300 cabezas y hoy trabaja, junto a seis operarios, con 3.500 cabras a las que hay que ordeñar todos los días -unas 1.800 porque el resto son pequeñas o están en cinta, para esperar a que pase el camión cisterna. Los avances tecnológicos le han ayudado mucho y facilitado el trabajo, aunque, paradójicamente, el rendimiento económico de la explotación es hoy el mismo o menor que en los años 80 cuando trabajábamos con 300 cabras. «La pega es la de siempre. Los precios que nos pagan por nuestro trabajo no van en relación con el aumento de los costes y aquí trabajamos los siete días de la semana y todo el año, porque los animales comen como nosotros», lamentó Huertas que, al menos, vende la leche directamente a la fabrica.

Por otro lado, una de las empresas que ha reaccionado a favor de los ganaderos es la valenciana Mercadona, que el pasado septiembre aumentó el precio que pagan por litro de leche a los ganaderos con los que trabajan. Mercadona y sus interproveedores lácteos (Iparlat, Lactiber, Covap, Entrepinares, Quesería Lafuente, Postres Lácteos Romar y Schreiber), así como otros proveedores que envasan bajo la marca blanca Hacendado, decidieron pagar dos céntimos más por litro de leche a los ganaderos.

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