«Existe la posibilidad de que el belén no se ponga este año», advertía ayer el presidente de la Asociación de Belenistas y arquitecto de profesión, Alejandro Cánovas, tras ver in situ el «ligero hundimiento» del pavimento al que alude ahora el equipo de gobierno para justificar su decisión de trasladar el nacimiento fuera de los bajos del Ayuntamiento de Alicante, donde se instala desde hace más de veinte años. Cánovas indicó que sólo montarán su belén en una ubicación «si la consideramos digna y con buena previsión de visitas» y destaco que deberían comenzar a hacerlo en una semana. Al respecto, aseveró que no les parece adecuada ni la opción del Mercado Central - esgrimen que no cabe - ni la de la plaza de Séneca por ser al aire libre.
Insisten en que se trata de un belén confeccionado «para aquí», en referencia a los bajos del Ayuntamiento y que el hundimiento en cuestión «lleva años» y quedaría bajo la plataforma del belén de 150 kilos, fuera del lugar de paso de los visitantes. Sin embargo, desde Fiestas dan por descartada esa posibilidad y aseguran que ofrecerán una «alternativa idónea». Desde la concejalía se escudan en que la zona del hundimiento (de unos dos metros cuadrados) ha tenido que ser vallada por recomendación de un informe técnico y que eso lo hace inviable allí. Un cercado que se produjo escasos minutos después de que los belenistas se marcharan del hall del Ayuntamiento y cinco días después del informe.
«Hay una situación de cierto peligro y alguien puede sufrir una caída», esgrimió ayer el edil de Urbanismo, Miguel Ángel Pavón, quien incidió en que es una cuestión «exclusivamente técnica», pero dijo que en su opinión los belenes «no tienen cabida en ninguna administración» por tratarse de «una expresión religiosa que debería tener su lugar en edificios religiosos, como iglesias».
Los belenistas insistieron en que los consideran «excusas» y recuerdan que se les dijo que no antes de la existencia del informe.
