La brecha entre el concejal de Urbanismo y Ocupación Pública, Miguel Ángel Pavón, y la hostelería de Alicante se agranda. Y a marchas forzadas. El sector teme que los planes de ordenación de veladores y terrazas que prepara Pavón para diversas zonas de la ciudad limite la presencia de mesas y sillas de esos establecimientos en las calles y sean más restrictivos de lo que establece la actual ordenanza en la materia, que es de 2013. Y advierte de que en ese caso acudirá a los tribunales «para defender nuesros derechos y exigir responsabilidad patrimonial».

Lo hará, según señaló el presidente de la Asociación de Locales de Ocio, Lalo Díez, al considerar que las regulaciones de Pavón en la Explanada, la calle Castaños o la plaza Gabriel Miró -y que traban también la colocación de maceteros o mamparas cerradas en los veladores- perjudica a un sector «que ha sufrido mucho durante la crisis y es clave ya no sólo para el turismo sino para la economía global de Alicante y para generar empleo en una capital con una tasa de paro por encima de la media». Díez lo resumió de una forma bien gráfica: «Nos están tratando como si fuéramos una banda de bucaneros, no como uno de los principales activos económicos de Alicante; nos consideran un problema en vez de la solución al problema en una ciudad que mientras tanto no es capaz de definir su modelo turístico».

Para el sector, la cuestión es seria. Díez alertó de que si se aplican algunas de las medidas propuestas por los vecinos en la calle Castaños, como la de cerrar a las once de la noche o la de reducir en un 30% las terrazas, «nos encontraremos en una situación insostenible y veremos el cierre de muchos negocios». De hecho, en las últimas fechas ya han cerrado 4 locales y otros 6 han sido traspasados. Díez razona que menguar el tamaño de las terrazas puede ser el golpe de gracia para una actividad que prácticamente sólo vive del tardeo del fin de semana y de los sábados por la noche. «Nos estamos jugando la supervivencia».

Este responsable acató que los vecinos también deben ser escuchados -«a ellos también les damos de comer en nuestros establecimientos»- pero instó a Pavón a atender también a este tejido económico. A su juicio no lo está haciendo. Por eso se mostró muy crítico con el concejal. Le exhortó a «resolver conflictos en vez de provocarlos, y a gobernar no sólo para las 4.000 personas que le votaron sino para toda la ciudad, porque es toda la ciudad la que paga sus impuestos». También le demandó que «en vez de anunciar planes para lograr buenos titulares se dedique a resolver los verdaderos problemas». Por ejemplo, desveló que al acabar el año deben renovarse una gran cantidad de veladores y que no va a dar tiempo a concluir los expedientes.

Ahora bien, el rechazo a los planes de Pavón puede ser no sólo empresarial. Díez le advirtió de que «no gobierna solo y debe pactarlos con otros dos socios, por lo que sin el necesario consenso no va a poder sacarlos adelante».

Inseguridad en la Explanada

El pasado sábado, Pavón anunció ya uno de esos controvertidos planes de regulación de veladores y terrazas, el de la Explanada, que prohíbe las mamparas cerradas demandadas por los empresarios para frenar el gran número de robos que se producen en este entorno. Sobre esta cuestión, Díez remarcó que esa inseguridad es otra de las asignaturas que el gobierno local ha de atender : «ni los turistas ni los vecinos de Alicante pueden estar más de diez minutos sentados en una de esas terrazas sin que los "gorrillas de las mesas" se les eche encima. Yo no sé si las mamparas es la solución ideal pero es otro problema que no se está afrontando», concluyó este responsable.