Arañas y murciégalos, calabazas, fantasmas, cuervos y lápidas, y para los más «gore» zombis con sonido, luz y movimiento, sin olvidar las cabezas cortadas, los cerebros y los corazones que laten. Es el último grito en la decoración de Halloween este año en restaurantes, pubs y comercios alicantinos, que en número creciente preparan rincones dedicados a la fiesta anglosajona de los difuntos y que se han convertido en fieles clientes de las tiendas de disfraces y de los comercios chinos que ofrecen estos productos, cuando hace dos décadas la demanda sólo venía de los pubs ingleses de Benidorm.
Otra tendencia es el aumento de la venta de artículos de Halloween para decorar casas familiares. «Hay plásticos desplegables para una pared entera del salón a dos euros, un vinilo que simula un escenario tétrico, que encanta a los niños», explica Abraham Navarro, de Magesbi, una tienda alicantina que ofrece trajes, complementos y maquillajes para Halloween todo el mes de octubre, así como decoración, con una oferta de 400 referencias de artículos diferentes.
En la víspera de la fiesta poco les queda pero han tenido 200 modelos de disfraz. «De fantasma, calavera, zombie o payaso y otros adaptables, como los de enfermera, médico o policía que se transforman con maquillaje y complementos». Así, este año triunfan los «caseros», como el guardia civil o el torero zombie, con disfraces básicos y maquillaje terrorífico porque «los que buscan algo diferente los personalizan». En femenino, ofrecen una decena de modelos de vampiresas, y se siguen llevando los zombis con ropa casera, peluca, colmillos, lentillas y maquillaje tétrico. Los precios, de 6 a 20 euros. También las Hogueras celebran túneles del terror y fiestas de disfraces, hoy, en Sagrada Familia, La Ceràmica, Rabassa, Plaza Galicia, Pla Hospital y Foguerer.
