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«Trastornos del bebé con la comida o el sueño derivan de un malestar emocional»

«Trastornos del bebé con la comida o el sueño derivan de un malestar emocional» tortajada

Presidente y creador de ASMI, la Asociación para la Salud Mental Infantil, desde hace una década, Pascual Palau Subiela es un experto investigador sobre la sensibilidad temprana de los bebés. Mañana por la tarde da una conferencia en la sede de la Universidad en San Fernando,40, titulada: «Escuchar al cuerpo: sufrimiento emocional compartido en el bebé y vulnerabilidad psicosomática».

¿Cómo se detecta el malestar emocional en un bebé?

El concepto de psicología perinatal abarca desde la concepción hasta los 2 o tres años de vida. En el nacimiento se instaura una experiencia relacional y emocional entre el bebé y sus padres. Los síntomas que indican un malestar emocional a los pocos días de nacer o en los primeros meses, pueden provenir de distintas fuentes, siendo la interacción emocional una de ellas. Los efectos pueden observarse en trastornos de la alimentación, del sueño y, entre otras manifestaciones, en cuadros infecciosos recidivantes..

¿Qué situaciones previas pueden causar esos desajustes?

Nos preocupan las situaciones de alto estrés, angustia o depresión intensa y prolongada en padres y madres. Aunque se debe evitare sobreinquietar a la población ya que frecuentemente se habla de la necesidad de unas condiciones siempre óptimas de la madre y no tiene por qué ser así.

¿Y los detonantes?

Una situación laboral estresante pero prolongada en el tiempo; conflictos de pareja que generan violencia o desamparo; estados depresivos por situaciones angustiosas; algunos duelos, algunas enfermedades, la precariedad económica y el desamparo familiar y social.

¿Incluye usted al padre en esta influencia sobre el bebé?

Hablamos de una etapa en la que la madre no esté sola. La relación con su pareja condiciona el modo en que vive y se transmite al bebé, que también tienen una relación directa con el padre. Ocurre desde la gestación e incluye a todo el mundo que la rodee, familia y profesionales.

¿Se percibe con claridad que esos trastornos en la alimentación o en el sueño provengan de un malestar emocional?

Son síntomas habitualmente considerados de forma banal aún cuando se han convertido, por su severidad, en signos de riesgo de sufrimiento emocional en el bebé. Los más frecuentes aparecen en torno a la alimentación y al sueño, aunque pueden producirse cólicos del lactante muy intensos y severos o trastorno respiratorios, como espasmos del sollozo muy precoces. Deben de ser tenidas en cuenta cuando exceden cierta intensidad y tiempo, y analizadas desde la perspectiva no sólo médica sino también psicológica.

¿Están preparados para ello los profesionales sanitarios?

En general no reciben una formación psicológica suficiente. Normalmente transcurren muchos meses sin ninguna intervención que pueda valorar su etiología desde el punto de vista emocional, para poder intervenir psicológicamente e intentar acabar con el sufrimiento del bebé.

¿Recomendaría estos conocimientos en los cursos preparto?

Los entornos de preparación al parto deberían continuar al menos un par de meses tras la llegada del bebé, porque es cuando aparecen las dificultades y es cuando más necesitados están los padres de sentirse acompañados.

¿Cómo se deben abordar esos trastornos para curarlos?

Con la intervención simultánea del pediatra y del especialista de lo emocional, con terapias de familia. Y se pueden reconducir mediante la orientación de ciertas dificultades manifestadas en la alimentación o el sueño.

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