El tráfico en el entorno de Villavieja cambiará en los próximos días con la entrada en servicio del aparcamiento provisional que se está habilitando en la calle Balseta, un espacio entre el antiguo colegio San Roque, que fue demolido, y el acceso al Casco Antiguo por la calle Villavieja, que se está preparando para que los vecinos puedan estacionar hasta que haya dinero en las arcas municipales para reactivar el proyecto de parking en superficie, ahora paralizado. El Patronato de la Vivienda, que depende del Ayuntamiento y que se encarga de estas infraestructuras en el Casco Antiguo, visitó anteayer con la asociación de vecinos el estacionamiento, ya asfaltado, para acordar con ellos los criterios de señalización y pintura de las plazas en el suelo con la idea de abrirlo la próxima semana.
También está pendiente la rampa de acceso desde la plaza del Puente, donde los operarios aún tienen que echar el hormigón, así como el cambio de señalización de varias calles del entorno cuya dirección se modificará para que los usuarios puedan entrar y salir del aparcamiento, una reordenación que culminará en dos semanas, según confirmó la empresa que realiza las obras.
A más largo plazo está prevista la construcción de un parking de varios pisos, que «ahora mismo está muerto», explicó Gaspar Mayor. «El proyecto aún no se ha sometido al nuevo gobierno del Ayuntamiento, aunque en noviembre se hablará del tema. Acabamos de derribar el colegio (San Roque) y tampoco es tan urgente».
Este proyecto, que elPatronato presentó esta semana a los asistentes a unas jornadas de la vivienda como actuación emblemática en el Casco Antiguo al incluir una edificación, se ha modificado para reducir el número de pisos en Villavieja, junto al Museo de la Asegurada, para dejarlos en 26. «Se ha eliminado una planta en altura para que la construcción moleste menos a la calle San Juan y a la zona comunitaria», dijo.
Esta actuación forma parte de la puesta en valor del entorno de Villavieja, en el extremo este del Casco Antiguo, en la que también se enmarca la reconstrucción del Torreón de la Pólvora, torre defensiva del siglo XII sita en la plaza del Puente. Este torreón, que estaba hundido, se empezó a levantar este verano con mármol rojo Alicante buscando el contraste con la piedra natural de la base original, lo único que se ha conservado, es decir, entre lo viejo y lo nuevo.
Los trabajos, que deberían haber concluido ya, se han demorado porque la piedra llega con cuentagotas. En este momento está hecho el armazón pero el recubrimiento de la torre, que alcanzará cuatro metros de altura, está a la mitad. Desde el Ayuntamiento explicaron que procede de una cantera del Vinalopó pero que el tamaño de la sillería para dar sensación de profundidad y construcción antigua complica el corte de la piedra, que se tiene que abujardar buscando la apariencia de piedra rústica y natural, lo que le confiere además un tono rosa pálido.
