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Los puestos del Mercado se reconvierten ante el tardeo

Cada vez más placeros piden el cambio de actividad para montar establecimientos de hostelería

Los puestos del Mercado se reconvierten ante el tardeo

Santos Patricio es el quinto placero del Mercado Central de Alicante que en menos de un año solicita al Ayuntamiento el cambio de actividad para montar un negocio de hostelería en dos puestos que hasta ah0ra eran una carnicería buscando el ocio y el público del tardeo como salida de futuro. Se convertirá en la primera cafetería de la planta alta del recinto (en la baja hay tres y un sushi bar), y estará ambientada en 1920, fecha de construcción del Mercado.

«Será un homenaje a este edificio emblemático. No soy de aquí (es de Salamanca) pero llevo en Alicante 15 años. Me lo ha dado todo pero veo que el Mercado, desde que se remodeló, ha perdido su esencia frente, por ejemplo, al de Valencia, mucho más cuidado».

Ante la caída en las ventas y el cierre de numerosos puestos desde que empezó la crisis, este comerciante pensó ya hace tres años en montar un restaurante dentro del establecimiento, cuando la ordenanza que regula la actividad del inmueble se cambió para dar cabida a nuevos negocios. Pero la imposibilidad de cocinar le obligó a conformarse con una cafetería.

«Si hubiera salida de humos y se pudiera cocinar, el de Alicante sería un mercado de futuro. Dicen que no se puede porque es un edificio protegido, pero ahora hay aparatos que extraen el humo y el vapor. Tampoco lo autorizan. Este mercado está subordinado a una oferta tradicional de carne, verdura y pescado, y hay que abrirlo a otras actividades porque Alicante es una ciudad turística. Lo idóneo para que salga a flote es enfocarlo a la hostelería y poder cocinar. Entonces, el fenómeno del tardeo se introduciría del todo en el Mercado, así hacemos lo que se puede».

Su intención es inaugurar la cafetería con una decoración singular en los puestos 32 y 33, con salazones y otros productos diferenciados para sus clientes, algunos de ellos recién sacados de la carnicería que trasladarán a un puesto próximo, ahora cerrado.

Mientras Santos Patricio sueña con su nuevo negocio, varios compañeros de la planta baja de las céntricas galerías alicantinas atesoran ya cierta experiencia. Son cuatro los placeros que en el último año han abierto una cafetería o un gastrobar en la planta baja, entre puestos de frutas, verduras y pescado, y otros emblemáticos de productos gourmet, en concesiones que tuvieron un precio de salida de unos 15.000 euros en la subasta que realizó el Ayuntamiento, dependiendo de los metros cuadrados y la ubicación.

El pionero fue «La cafetería del Mercado», hace once meses. «Fue una vía nueva para emprender, porque no había nada similar», explicó Javier Dénia, que nunca había trabajado en el sector sino en algo tan distinto como una imprenta. «Fue un cambio radical, de trabajar por la noche al día». Y no le está yendo mal. «Poco a poco se crea la costumbre entre la gente de venir a tomarse algo, y voy haciendo clientela». Entre ellos, jóvenes que acuden a la cita con el ocio en los exteriores del Mercado los viernes y sábados. «En principio, esto sí tiene que ver con el tardeo. Tampoco es la panacea, porque es un negocio puntual de los sábados, no basamos la actividad en eso, pero es una ayuda». Con las charcuterías, hacen ofertas conjuntas de embutidos y bebida a los clientes del tardeo. «La cafetería del Mercado» ha empezado a preparar los sábados pinchos elaborados, «tipo vascos», que ofrecen a un euro y caña. «Están teniendo una gran respuesta. Incluso ha cambiado la clientela y viene gente más joven a por pinchos».

Muy cerca está «El café del Mercado», que abrió el 22 de diciembre pasado.Tiene barra, un área de mesas y ofrece desayunos con café de cápsulas, zumos naturales y tapas. Piensan, especialmente, en los clientes del tardeo. «Preparamos para ellos ofertas de cerveza con bandeja de embutidos, y frutos secos. Lo hice para tener opción de dirigirnos a los participantes del tardeo, pero también a los placeros, ya que se lo llevamos a los puestos», apunta el encargado, Ramón Vilaseca.

«Cafetería Anamar, el resurgir de las cenizas» se llama así porque ardió poco antes de Hogueras. Reabrieron en agosto en una segunda etapa como cafetería ya que en sus primeros meses (también se inauguró el pasado diciembre) fue sobre todo heladería. «Hay mucha competencia, demasiadas cafeterías para el Mercado, van a abrir otra arriba y hay alguna licencia más por conceder», asegura Joaquín Valencoso. Por ello, intentan abiertamente captar clientes en el tardeo con ofertas de bebidas, bravas o montaditos a 10 euros.

El último negocio hostelero que ha abierto en el Mercado es «Katana», un bar de sushi que lleva tres meses funcionando y que se inspira en puestos similares de mercados de Madrid y Barcelona.

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