La Administración en muchas ocasiones entra en contradicciones difíciles de entender. Y es que cuando miles de sirios que huyen de la guerra se agolpan en campos de refugiados o en las fronteras, aquí en España un vecino de El Pla que cedió una vivienda a Cruz Roja para acoger a una familia de desplazados ha visto cómo se la han denegado por carecer de ascensor. Desde la ONG sostienen que este tipo de recursos debe contar para su uso con la preceptiva autorización de la Generalitat y uno de los requisitos que se exigen es que sea accesible para personas con discapacidad. Cruz Roja sostiene que estos requisitos «son aplicables para cualquier ONG que quiera destinar viviendas a la acogida de personas refugiadas».
Sin embargo, la situación ha indignado a Fernando, el maestro jubilado protagonista del solidario gesto, quien prefiere que no se publiquen sus apellidos «porque poco me gusta el protagonismo y ya estoy teniendo demasiado». La vivienda de Fernando está en unas condiciones más que óptimas. Se trata de una amplia casa típica de barrio, con un patio central y cuatro dormitorios. Con la cocina y el baño reformados y 106 metros construidos. El problema para la Administración, es que se trata de un tercero sin ascensor. «¿Dónde quieren meter a los refugiados? ¿En un hotel de lujo?», se pregunta este vecino . El piso está ubicado en un edificio de una de las principales calles de El Pla y en el que viven otras siete familias. «No entiendo que una vivienda que es apta para otras familias y que puede ser alquilada sin problemas, la Administración no las pueda aceptar para acoger a los refugiados porque carece de ascensor».
Desde Cruz Roja aseguran que le han propuesto a Fernando otras alternativas para utilizar esa casa, como por ejemplo alquilarla a familias sirias una vez pasado el periodo de acogida «y como una vía para su integración en la sociedad». Una oferta rechazada por el dueño de la casa. «Estoy jubilado y no quiero complicarme la vida declarando alquileres a Hacienda y esas cosas. Yo quería ceder la casa y punto».
Fernando asegura que la vivienda que ha puesto a disposición de Cruz Roja «está incluso mejor que la mía» y señala que acudió a la entidad benéfica «porque pones las noticias y ves que en una cadena dicen una cosa y en la otra, algo distinto. Al final, los particulares no sabemos qué hacer para ayudar a esta pobre gente que huye de la guerra en su país».
Desde Conselleria de Igualdad no han querido entrar a valorar la actuación de Cruz Roja y remiten a Fernando «a una oficina Amic para estudiar su caso».
