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La crisis del rublo hunde el turismo ruso en la provincia

La provincia pierde 150.000 turistas en un año al caer el valor de la moneda frente al euro

Turistas rusos mirando anuncios de pisos. David Revenga

El temporal de Crimea alcanza a la Costa Blanca. El sector turístico de la provincia ha comenzado a notar con fuerza la inestabilidad económica que sufre Rusia derivada del conflicto con Ucrania y las sanciones de Bruselas, que se traduce este año en la reducción a la mitad de los turistas que elegían la provincia para su descanso. De los 300.000 rusos que visitaron la Costa Blanca el año pasado se pasará en este a poco más de 150.000, lo que amenaza un volumen de negocio de 500 millones de euros.

Las familias rusas con alto poder adquisitivo y, sobre todo, las que tienen su capital en dólares o euros siguen viniendo sin problemas, pero el ruso medio, el que se maneja en rublos, ha notado la crisis, como demuestra el parón que ha sufrido la inversión inmobiliaria, aunque parece que, según fuentes de la colonia empresarial rusa en Alicante, lo peor ya habría pasado.

Con todo y según apunta Tomás Mazón, director de la Cátedra Pedro Zaragoza de la Universidad de Alicante, «la situación ha dado un giro peligroso porque hablamos de los turistas que más gastan. Quieren venir pero lo tienen complicado». Mazón alerta, por otro lado, de que las dificultades para obtener visado continúan sin resolverse y los rusos comienzan a sentirse muy atraídos por países como Turquía, Egipto y Tailandia, donde todo son facilidades.

Hasta finales de octubre el aeropuerto provincial está conectado semanalmente con Moscú (Vueling, Transaéreo y Siberian Airlines) y San Petersburgo (Vueling), pero existe una gran incógnita sobre lo que sucederá a partir de noviembre.

La desprogramación del mayorista Versa, que movía en la Costa Blanca el 80% de los viajes organizados de los turistas rusos que residen, sobre todo, en la zona de San Petersburgo, una de las más ricas del país, ya provocó a finales del año pasado que la provincia se quedara sin 4.000 turistas rusos. Fue el primer aviso de lo que podría ocurrir y que se ha confirmado este año. Los vuelos de Vueling no han logrado amortiguar la apuesta que había realizado un touroperador que, siguiendo al pie de la letra las instrucciones de Putin, se volcó en el turismo interno de Rusia.

La situación se observa con preocupación desde el sector hotelero, porque la provincia había sido hasta ahora la zona española que mejor aguantaba las consecuencias negativas derivadas de la crisis de Crimea. Este verano 185.000 rusos se han quedado colgados por el mundo a consecuencia de la quiebra del mercado de touroperadores, catorce en dos meses en la zona de San Petersburgo. El mercado turístico ruso ha caído un 40%. Algo que empieza a preocupar en la provincia debido al peso que había adquirido este turismo en los últimos años, y que pone en peligro un movimiento de 500 millones de euros al año repartidos en la inversión inmobiliaria y en el gasto de estos visitantes de poder adquisitivo alto (2.042 euros por viaje y 126 euros al día con una estancia de 15 días), cuando salen de vacaciones. El adiós de Versa fue significativo, además, porque la mayoría de sus clientes eran potenciales inversores inmobiliarios, con lo cual perdieron un acceso rápido.

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