Anomalías en los sistemas de acceso a los refugios de las plazas de Balmis y Séneca que los mantienen cerrados al público desde hace semanas por lo cara que es su reparación y, además, goteras en el centro de interpretación de la Guerra Civil que hay en la última de las dos plazas.

Los responsables del área de Memoria Histórica del Ayuntamiento se han encontrado las filtraciones en esta dependencia situada en las antiguas naves de los Talleres Municipales tras las últimas lluvias. Un panorama que la edil María José Espuch achaca a «cierta precipitación a la hora de ultimar los trabajos» por parte del anterior gobierno municipal para inaugurar las dependencias antes de las elecciones.

Así las cosas, el área de Memoria Histórica revisará las condiciones de seguridad en que se encuentran ambos refugios así como el centro de interpretación, según confirmaron ayer fuentes municipales, que aseguran que «está todo cogido con pinzas y hay que hacer las cosas bien. En algunos casos provocará dilaciones pero lo importante es la seguridad», de turistas y visitantes.

La intervención del departamento, que acaba de nombrar jefe de departamento al arqueólogo Pablo Rosser, afectará también al búnker de la plaza de Balmis, clausurado prácticamente desde su inauguración por problemas de accesibilidad.

La puerta, una especia de trampilla a ras de suelo, pesa toneladas, y se abre con un sistema hidráulico manual a cargo de un funcionario, «un sistema totalmente arcaico». El Ayuntamiento ha solicitado presupuesto para instalar un sistema «más cómodo y automático, que funcione con un botón y que permita dejarlo abierto en condiciones de seguridad», añadieron fuentes municipales.

El problema, afirman, es que Memoria Histórica no tiene presupuesto y hasta esta misma semana tampoco personal, por lo que piden comprensión.