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Alicantinos en Cataluña

Vecinos de fuera que votan y también deciden en el 27-S

Nacidos en Alicante que viven y trabajan en Barcelona encaran «sin tensión» estas elecciones en las que la mayoría va a votar, incluso por correo

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Algunos están «de paso» y otros han hecho su vida en Cataluña, que es su hogar. La mayoría vota hoy con la responsabilidad de estar tomando decisiones importantes. Hay sentimientos encontrados entre los alicantinos que viven en Cataluña donde se celebran unas elecciones «históricas». Todos reconocen sentirse muy bien tratados y no haber vivido ningún episodio de rechazo por no ser catalanes o no hablar en catalán y hacen hincapié en que desde fuera se percibe más tensión de que la que ellos aprecian. También puntualizan que vivir en una ciudad cosmopolita y multicultural como Barcelona hace que no se perciban tensiones. Algunos que han tenido contacto con otras zonas del interior admiten que allí se viven estas elecciones con más fervor independentista.

La independencia está más presente que nunca en estas elecciones. Pero se habla poco de ella en los círculos donde los alicantinos se mueven. Algunos lo obvian porque sienten que no deben de opinar en un tema tan íntimo, y otros consideran que viviendo allí tienen todo el derecho a decidir y dar su opinión también.

«Muy alicantino»

Antonio Juan nació en Alicante y ha vivido su infancia en Mutxamel. Se considera muy alicantino y asegura defender su tierra «a capa y espada». De hecho, esa defensa le vale las referencias que en todas las felicitaciones de cumpleaños le hacen sus compañeros de trabajo. Hoy irá a votar e ironiza con el hecho de que «estoy algo cabreado porque lo bonito de votar está perdiendo encanto porque cada poco tengo que ir», hace seis meses se celebraron elecciones y en dos meses serán las generales.

Vive desde hace años en Barcelona con su mujer Mar, de Sant Joan d'Alacant, que es valencianoparlante y con quien mantiene «una guerra porque ella quiere hablar catalán en casa». Él, que domina perfectamente el idioma, confiesa que «en casa a mi no me sale».

Se siente muy bien tratado en Cataluña y reconoce que en el entorno donde se mueve no percibe tensiones. «Cada partido hace lo suyo, está todo tranquilo. Eso sí, hay expectación y todo el mundo tiene claro quién va a ganar en votos, que va a haber una mayoría para la coalición de independentistas. Pero habrá que ver si consiguen una mayoría absoluta».

No hay enfrentamientos pero sí han aumentando las conversaciones políticas en su entorno donde califica a la gente de «cordial y cauta a la hora de hablar».

En su análisis apunta que «quienes se sienten muy catalanes dicen que están maltratados y que esto no tiene marcha atrás. No lo comparto porque vengo de fuera y las cosas no les han ido tan mal» y confiesa que «el circo político que se ha montado me resbala bastante». A su juicio, en los últimos años se ha acrecentado el malestar y muchos políticos han visto la oportunidad de ganar votos con el independentismo «y se han subido al carro».

«No me veo como extranjero»

«No me veo como extranjero en Cataluña», sentencia. Y añade: «Mira que defiendo lo alicantino, pero aquí me han tratado muy bien. Hay catalanes a morir con los que siempre he hablado en castellano, nunca he recibido un mal comentario».

Septiembre es un mes muy especial en Cataluña, el 11 se celebra la Diada y el pasado jueves fue la Mercè donde los alicantinos se echaron a la calle para vivir el ambiente de fiesta. Destacan que son todas manifestaciones multitudinarias y de tono festivo en las que los catalanes reivindica unas costumbres y cultura particulares.

Los alicantinos se implican en la vida y las fiestas catalanas, el jueves Ana Aitana Fernández disfrutó de la fiesta de la Mercè con su amiga Leticia Sánchez-Pacheco, también alicantina, echando una mano como apoyo de base en un castell. Vive desde hace cuatro años en Barcelona donde está haciendo el doctorado y trabajando. «Es un poco raro estar viviendo esto porque hay opiniones encontradas, lo que se dice fuera y lo que se vive aquí». En su percepción afirma que «quienes no son independentistas se han vuelto en estas elecciones. Hay mucha hartura de la corrupción, de la política, de la crisis, y la gente opta por la independencia como un voto de castigo». Afirma tener sentimientos encontrados: «Me da pena que se viva esto, pero también creo que tienen derecho a decidir, es un referéndum encubierto, la única manera que han encontrado de ver la opinión de la gente».

De la opinión de dar libertad de elección es Raúl García Sirvent, natural de Agost y residente desde hace cinco años en Barcelona donde trabaja como periodista radiofónico. También él votará hoy.«Estoy viviendo este proceso con pena y tristeza por el alcance que ha tenido, pienso que se ha ido de madre. No soy partidario de la independencia y se está extremando demasiado. Pero entiendo las posturas porque si se sienten diferentes que les dejen votar».

Defiende la multiculturalidad española entre la que se encuentra la catalana, a la que no le gustaría ver como otro país distinto. No le ha gustado «esta campaña del miedo», que considera «excesiva» y piensa que se podrían haber buscado «soluciones». Y confiesa que no le gustaría atravesar una frontera para llegar a la tierra que tan bien le ha acogido durante estos años.

Vida y familia en Cataluña

Susana Hernán es de Penáguila a donde asegura, tiene la necesidad vital de viajar periódicamente; pero su vida ya está en Barcelona, donde conoció a su marido y donde nació su hijo. Allí la reconocen como valenciana y en su pueblo la llaman catalana. Estos días está en su localidad por lo que ha votado por correo. Dice que desde fuera Cataluña se ve distinta a cuando se vive allí. Afirma que los catalanes están viviendo el proceso de elecciones de forma tranquila y con ilusión y que las manifestaciones como la Diada del 11 de septiembre son fiestas familiares y alegres: «Es todo muy pacífico, los comentarios despectivos vienen de fuera, allí no hablan mal de los españoles».

«La gente dice estar harta de pagar tantos impuestos y que vuelva tan poco. Para venir a Penáguila tengo que pagar peajes, para ir a cualquier sitio en Cataluña tengo que pagar y en Madrid es todo gratis. Aquí la gente es muy trabajadora y muy luchadora por sus costumbres».

Afirma entender perfectamente el sentimiento independentista, del que afirma, es un asunto muy serio del que sólo ha oído hacer bromas fuera de Cataluña. «La gente se lo toma muy enserio, eso de poner fronteras son tonterías, en Cataluña nadie dice nada de eso».

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