Dejar opinar y que los catalanes expresen lo que sienten es para

Toni Martorell, nacido en Tarragona, un exponente de democracia. «Estoy viviendo las elecciones con bastante expectación, con una mezcla de sentimientos e ilusión. Es un gran paso que la gente diga lo que siente y es una lección para el resto», afirma este entrenador de baloncesto que llegó hace diez años a Santa Pola y que se integró en la provincia para hacerla su nueva tierra, sin perder sus raíces catalanas. Martorell sigue con atención las elecciones y cree que se está ofreciendo una visión que no es la real: «El Gobierno de Madrid transmite el terror, que va a ir mal, mensajes negativos y eso ayuda a que muchos se decanten al otro lado».

Le sorprende que en una década el pensamiento de los catalanes ha cambiado, «algo ha pasado en estos diez años. Veo a los catalanes con calma y con madurez que sabe aceptar las victorias y las derrotas». Recuerda que a su llegada, hace una década, había quienes se vanagloriaban de no comprar productos catalanes y señala que «la intolerancia es lo más criticable, no juzgo a aquella persona por su opinión política, la juzgo por sus actos».