Se las veía venir, por ello dio un paso al frente y antes de que los vecinos pronunciaran sus reclamaciones, el alcalde de Alicante y secretario general del PSOE en la ciudad, Gabriel Echávarri, abordó los dos temas ahora mismo capitales para el municipio: la falta de limpieza y la llegada (o no) de Ikea.

En un encuentro organizado por el PSOE con vecinos del barrio de El Pla, Echávarri cifró en 20.000 los empleos que se perderían en Alicante si finalmente se instala el macrocentro asociado a la multinacional sueca que abarca unos 85.000 metros cuadrados. El primer edil respondió así a las acusaciones que esta misma semana vertió la presidenta regional del PP, Isabel Bonig, en las que calificó la gestión del tripartito sobre Ikea de «esperpento» y afirmó que están en riesgo más de cien millones de inversión e infraestructuras y más de 4.000 puestos de trabajo.

«Dice la Bonig que se van a poner en peligro 4.000 empleos, que me diga cuáles, porque el único empleo neto va a ser el de Ikea, que serán unos 200 o 300 -puestos de trabajo-. Cerrarán otros centros comerciales y se irán al de Ikea. Destruirán en un sitio para crear otro», afirmó Echávarri ante los vecinos.

«El comercio minorista en la ciudad de Alicante emplea 16.000 puestos de trabajo directos, más todos los indirectos. Si nos empecinamos en bajarnos los pantalones ante Ikea, 20.000 alicantinos van a ver peligrar su puesto de trabajo y no lo vamos a permitir, si tu me extorsionas -por Ikea- te digo que te vayas», concluyó el alcalde. El regidor volvió a rechazar así el proyecto del macrocentro e indicó que se buscará una solución «entre todos» a este asunto. «Decimos Ikea sí, ven por favor, te facilitamos el suelo que quieras, pero para tu tienda, no para que te conviertas en une especulador de locales», manifestó.

La falta de limpieza en la ciudad fue el tema más recurrente en el turno de preguntas de los vecinos. Echávarri se había estudiado el guión y previa reclamación indicó -como ya publicó este periódico- que el Ayuntamiento ya ha sancionado a la empresa concesionaria del servicio, UTE Alicante, participada por el empresario Enrique Ortiz. «Este miércoles tenemos una reunión con la empresa y le diremos "o limpias o te vas"», declaró el primer edil. No obstante reconoció la dificultad que encierra el contrato de basura en Alicante, blindado por seis años. Echávarri afirmó además que el Consistorio velará porque las multas que se impongan ante el incumplimiento de contrato no repercutan en una bajada de sueldo de los operarios. «Los trabajadores nada tienen que ver con la falta de limpieza cuando cumplen turnos imposibles y trabajan con medios obsoletos», señaló el máximo responsable del PSOE local.

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El alcalde aprovechó la reunión con los vecinos para avanzar algunas de las próximas medidas que se llevarán a cabo por parte del Ayuntamiento. Aseguró que se trabaja en la reestructuración de la Policía Local y que se pasará de 48 unidades a una docena para funcionar de una forma más práctica y eficaz. Por otro lado, el regidor también avanzó que el Consistorio comprará unas 200 viviendas para ampliar el parque municipal y dar solución a las familias con bajos recursos que esperan poder optar a un inmueble de alquiler social. Finalmente, con respecto al transporte señaló que el Ayuntamiento va a adquirir 26 nuevos vehículos y pidió a los vecinos que hagan llegar sus demandas para mejorar este servicio como ya se ha hecho, por ejemplo, en Urbanova.