Los pensionistas que cobren menos de 1.000 euros al mes no tendrán que pagar nada por sus medicamentos. Así lo anunció ayer la consellera de Sanidad, Carmen Montón, durante su comparecencia en las Cortes para explicar las líneas de actuación de su departamento durante esta legislatura. Pese a que el fin del copago para las pensiones más bajas fue el punto estrella de su discurso, desde la Conselleria de Sanidad no se especificó cuándo ni cómo se va a llevar a cabo esta medida. Lo que sí aseguraron es que su implantación no se hará a costa de aumentar las aportaciones que tengan que hacer los trabajadores por el pago de sus medicinas.

Además de los desempleados de larga duración que han agotado todas las prestaciones, actualmente están exentos del copago de las medicinas quienes cobran pensiones no contributivas. Los jubilados con pensiones inferiores a 18.000 ? anuales pagan un 10% de las medicinas hasta un tope 8 ? al mes, superada esta cantidad, las medicinas son gratuitas.

Con esta medida, señaló ayer Carmen Montón, «se quiere evitar que muchos tengan que elegir entre seguir la medicación que le ha recetado su médico o ayudar a sus familias». La titular de Sanidad recordó que un 7,9% de los valencianos asegura que en los últimos meses ha dejado de tomar algún medicamento por no poder pagarlo, según el último informe observatorio del Ministerio de Sanidad. Se trata de «la cifra más alta de todo el país». Montón también se anunció es que las personas con discapacidad quedarán exentas de pagar por sus medicamentos, devolviéndoles a la situación en la que se encontraban hasta 2013, cuando se les impuso un copago por sus medicamentos.

Previamente a desgranar cuáles iban a ser las actuaciones más importantes esta legislatura, la consellera se refirió al estado de las cuentas que se ha encontrado al llegar a su departamento. «Faltan 1.100 millones para llegar a fin de año, porque el gasto ordinario para mantener el sistema en funcionamiento es de 6.600 millones y el presupuesto no llega a 5.500». Además recordó la multa de 19 millones impuesta por la Unión Europea por las facturas en los cajones.

Ofensiva a las concesiones

La Conselleria de Sanidad también se ha propuesto retomar el control público de las concesiones de los cinco hospitales de gestión administrativa que hay en la Comunidad, tres de ellos en la provincia (Vinalopó, Dénia y Torrevieja). Ese será «el final del camino» que comenzará por la «escrupulosa fiscalización de la actividad de las concesiones y del cumplimiento de los contratos». Para ello, se ha creado recientemente la Dirección General de Alta Inspección. Además, según ha anunciado la conselleria, se harán públicos los contratos con estas concesiones en el Portal de la Transparencia. Actualmente, el 20% de la población valenciana está siendo atendida en estos hospitales de gestión administrativa.

Sanidad también implantará un mayor control sobre las resonancias magnéticas, un servicio también privatizado en casi la totalidad de los departamentos sanitarios de la Comunidad, y cuyo concierto finaliza en 2018. En este sentido, «y como un primer paso en el camino de la integración plena del servicio a la red pública», serán los radiólogos de los hospitales públicos en los que están instalados estos aparatos quienes revisen e informen sobre las pruebas de imagen en lugar de los profesionales de las empresas.

Montón aseguró ayer además que se han encontrado que «estaban aún sin liquidar y en ocasiones ni siquiera aprobar las cuentas con algunas concesiones desde 2008».

Por otro lado, la consellera también promete acabar con el veto que pesaba sobre mujeres lesbianas y solas que querían acceder a tratamientos de reproducción asistida en la sanidad pública.

Listas de espera

En cuanto a las listas de espera, Sanidad anuncia un plan para favorecer el autoconcierto, es decir, operar por las tardes en los hospitales públicos. Además, se anuncia un plan de choque interno para que los hospitales asuman pacientes de otros centros sanitarios. También se ha anunciado la incorporación de nuevas prestaciones a la cartera de servicios con la implantación de programas de cirugía menor en todos los centros de salud y el aumento de la asistencia en cuidados paliativos.

Montón inició su comparecencia en las Cortes pidiendo perdón a los ciudadanos «porque la sanidad se haya convertido en los últimos años en el blanco de los recortes». La consellera lamentó además el «despilfarro de cantidades ingentes de dinero en grandes eventos ruinosos» y puso como ejemplo que la Fórmula 1 «nos ha costado tanto como seis hospitales como el de Llíria o 200 centros de salud» mientras que con el dinero invertido en el Ágora se podrían haber construido «dos hospitales comarcales o 66 centros de salud».