Más coches que peatones y ni rastro del «coche de San Fernando», vamos como un martes normal. La ciudad de Alicante fue una de las pocas urbes españolas -hasta 330 se sumaron a la jornada- que culminó la semana de la movilidad (día sin coches) sin potenciar el uso del transporte púbico frente al vehículo particular, ya que el Ayuntamiento no cortó ninguna calle, al haber concentrado su aportación a la Semana de la Movilidad en la «ciclovía» experimental del pasado domingo, ni facilitó el viaje gratis en el autobús urbano por falta de fondos.
Algo que sí hizo Ferrocarriles de la Generalitat, que aportó su grano de arena ofreciendo viajar gratis en el tranvía en todas sus líneas (San Vicente, El Campello, Playa de San Juan, Benidorm y Dénia), aunque la falta de promoción a pie de campo (paradas) provocara que muchos pasajeros del TRAM pagaran como si de una jornada habitual se tratara. La única señal de que el servicio era gratuito la daban los tornos de las estaciones del Marq, Mercado y Luceros, abiertos para facilitar la salida. Fuentes de Ferrocarriles estimaron que unas 30.000 personas se movieron en las diferentes líneas, en principio un 5% más que un día normal.
Ayer martes culminaba una semana que comenzó el pasado miércoles con la presentación de una aplicación oficial para conocer en tiempo real la frecuencia del bus y el anuncio del alcalde Gabriel Echávarri de que negociará una tarifa plana para viajar autobús mejorando las prestaciones de los bonos actuales, pero en la que se ha echado en falta un servicio gratuito del bus como ha sucedido, por ejemplo, en otros municipios como el de San Vicente, donde los vecinos han podido viajar gratis siete días.
Falta de fondos
La asfixia financiera del Consistorio alicantino impidió que en la capital de la provincia se disfrutara de una iniciativa que hubiera permitido conocer mejor el transporte público. La caja está como está y el presupuesto para que el bus fuera gratis un día se destinará a otras áreas. Respetable pero cuestionable si el objetivo del tripartito es hacer una ciudad más ecológica y saludable para los vecinos, tal como pregonó el propio jefe del Consell, Ximo Puig, durante la celebración del día sin coche en Valencia.
¿Día Europeo Sin Coche? ¿Dónde? En Alicante no. Salvo los ciudadanos más concienciados con la movilidad sostenible, pocos fueron los vecinos que apostaron por dejar el coche en el garaje. Tampoco hubo muchas facilidades y atractivos. Ni calles peatonales, ni buses gratis y la red del TRAM no llega a todos los barrios. Además, y pese a que se colocaron carteles adhesivos en las máquinas expendedoras de los billetes para advertir de que los viajes corrían a cargo de la empresa, un fallo técnico impidió desconectarlas y por inercia muchos pasajeros acabaron pasando por caja.
Y mientras en Alicante el día pasó con los atascos cotidianos de un día de septiembre, con obras además en muchos barrios, en Valencia todo lo contrario. Participaba el presidente y el Ayuntamiento se puso las pilas, que para eso su alcalde, Joan Ribó, se mueve en bici. Con el escenario preparado, Ximo Puig hizo un llamamiento a los comerciantes. «No tengan miedo a la peatonalización de las calles. Las grandes ciudades europeas están peatonalizadas porque es bueno para el comercio, es bueno para la ciudad y sobre todo es bueno para los ciudadanos y ciudadanas». Amen.
