Emoción por volverse a ver e inquietud de conocer al amigo del alma del verano con quien se compartieron partidos de fútbol, fiestas de cumpleaños y guateques. Los sentimientos se agolparon ayer en el reencuentro organizado gracias a una búsqueda a través de whatsapp que ha dado como resultado que anoche 101 amigos de los veranos en la Playa de San Juan se volvieron a ver. Algunos llegados de Madrid, de Granada, de Zaragoza, de Marbella e incluso una persona ha viajado desde Miami. El reencuentro se organizó en Villa Antonia con photocall a la llegada. El evidente paso de los años hace mella en las personas y los recuerdos varían tras décadas sin verse así que cada persona fue identificada para hacer más fácil la tarea.

Se autodenominan «La pandilla» y su amistad surgió a principios de los 70 en los campos de fútbol que ocupaba lo que hoy es la urbanización Tobago. Fueron creándose equipos masculinos y femeninos y tras los partidos, jugadores y espectadores quedaban después. «Se fueron organizando pandillas según las edades y cada verano aumentaban los amigos», cuenta Lorena Cebreiro, una de las primeras miembros de aquellas pandillas en los años setenta que recuerda con cariño aquellos años. «Organizábamos cenas, guateques, fiestas de disfraces y de cumpleaños en Vila Ede, Dolores, Carpifer, Llomar, y gente que venía al Hotel Costa Azul de mis abuelos se iban añadiendo», cuenta.

Para ellos nombrar Alexis, Granada, Balandrinos o Wenka les retrotrae a aquella época. Son algunos de los nombres con los que bautizaron a los equipos de fútbol a partir de los que surgió la amistad de verano.

Lo que parecía casi imposible se ha logrado. En mayo de 2015 Francis Garach y Fernando Llopis se pusieron manos a la obra. Y tirando del hilo entre unos y otros lograron crear un grupo de whatsapp de 85 personas con el objetivo de organizar una fiesta. No esperaban reunir a más de 50 y la sorpresa es que al reencuentro de anoche confirmaron su asistencia 101 personas.

En la fiesta también se proyectaro fotografías recopiladas de aquella época, más de 300, con las que el recuerdo de aquellos veranos felices se hizo más vívido. La velada la amenizó el grupo After Midnight, que actuó más de una hora y cuyo cantante, Paul, también era miembro de la pandilla.

Algunos ya comenzaron a verse el viernes. Y Lorena reconoce que «al vernos algunos lloramos. Es un acontecimiento volver a vernos todos, aunque algunos ya han fallecido y otros que no han podido venir».