El portavoz del equipo de gobierno, Natxo Bellido, matizó ayer las declaraciones del alcalde, Gabriel Echávarri, en las que aseguraba que la posición del Consejo de Comercio sobre las dimensiones del macrocentro comercial anexo a Ikea será «determinante» para la contraoferta que presenten a la multinacional. Bellido aseguró que la decisión final la adoptará el tripartito. Con esta aclaración, el equipo de gobierno trata de sortear la normativa europea sobre libre competencia directiva Bolkestein que es taxativa al determinar que en ningún caso se supeditará el acceso a una actividad a la «intervención directa o indirecta de competidores, incluso dentro de órganos consultivos, en la concesión de autorizaciones o en la adopción de otras decisiones de las autoridades competentes relativas al establecimiento para el ejercicio de una actividad de servicios».

Igualmente, la normativa europea prohíbe supeditar la implantación de una actividad a criterios económicos o de la demanda del mercado. De ahí que, según avanzó Bellido, el tripartito recurra a cuestiones como los usos o condiciones del terreno que oferten a la multinacional como alternativa a Rabasa y la herramienta urbanística bajo la que se implante. «A lo mejor otros terrenos condicionan lo que se pueda instalar en ellos», apuntó Bellido, quien indicó que la reunión podría producirse «pronto».

Al igual que el portavoz, el vicealcalde y concejal de Urbanismo, Miguel Ángel Pavón, aseguró que todavía no hay concreción sobre qué terrenos alternativos se ofreceran a Ikea en una futura reunión, si bien ya en julio se avanzaron posibles emplazamientos alternativos como el entorno de Mercalicante o las Atalayas. Lo que sí avanzó Pavón es que los técnicos están buscando «un emplazamiento para Ikea con un suelo adicional, que no tiene por qué ser comercial». En esa línea, incidió en que «se pueden plantear otros usos que no sean comerciales» en torno a Ikea, que por el momento reclama su implantación junto a un macrocentro comercial en una superficie de 300.000 metros cuadrados.

Pavón coincide con Echávarri en que Rabasa no es el lugar «idóneo» para implantar la multinacional, recordando la oposición del tripartito a la Actuación Territorial Estratégica en la que actualmente se enmarca el proyecto, paralizada por el Consell. Además, esgrime que sin esa herramienta urbanística, la instalación de Ikea en Rabasa también se retrasaría, teniendo en cuenta que el tripartito contempla la ordenación de ese terreno con un nuevo Plan General que ni siquiera ha comenzado a redactarse.

Bellido consideró que el actual proyecto de Ikea dentro del ATE de dos millones de metros cuadrados y con un macrocentro comercial anexo es un asunto «envenenado y en unas condiciones muy complicadas» que han heredado del mandato del PP. Con todo, el portavoz incidió en que la postura del equipo de gobierno es facilitar la llegada de Ikea «pero no a cualquier precio» e indicó que están abiertos facilitar «seguridad jurídica» a toda iniciativa que atraiga trabajo e inversión a la ciudad.

Sobre el papel del Consejo de Comercio, Bellido incidió en que su postura será «muy importante» y que la decisión final del gobierno local se basará en el consenso.