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Operación Paso del Estrecho

Un puente entre dos mundos

Miles de ferrys que miran con lupa la Guardia Civil y la Policía Nacional cruzan la frontera

Policía Nacional inspecciona uno de los vehículos que embarcan en un ferry rumbo a Argelia. pilar cortés

Son las 8.25 horas y Rachid espera apoyado en una valla a que terminen de desembarcar todos los coches que han cruzado el estrecho cruzado el estrecho a bordo del «Tassilli II», uno de los ferrys que a lo largo de todo el año y especialmente en verano conectan Argelia con toda Europa a través de Alicante. Cuando se encuentre con el amigo al que ha venido a recoger desde Londres, se turnarán conduciendo hasta llegar a su casa en Ámsterdam. Esas son las distancias que se gastan sin empacho quienes van y vienen en la Terminal Marítima del Sureste de Alicante, donde atracan los ferrys de Orán y Argel y circulan coches cargados hasta lo imposible.

El flujo de pasajeros se cuenta por miles. Exactamente 141.210 en 85 escalas sólo este año, entre enero y agosto, han pasado de Argelia a España o de España a Argelia por esta vía, la mayoría entre el 15 de junio y el 15 de septiembre, cuando la Operación Paso del Estrecho está en marcha y las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado redoblan esfuerzos y recursos.

El despliegue de Guardia Civil y Policía Nacional es más que visible y trata de controlar al milímetro una ruta en la que se cruza la distancia entre dos mundos y, de paso, la frontera exterior del espacio Schengen europeo. El amigo de Rachid es uno de los perfiles habituales de pasajero, el inmigrante que vive en Europa y conduce miles de kilómetros para pasar las vacaciones en su país, pero no es el único. Cada vez hay más. Eso dicen desde la naviera argelina (de titularidad pública) y desde la empresa consignataria que opera los ferrys en Alicante: Entre el pasaje hay muchos argelinos que vienen a pasar sus vacaciones a España y Alicante, «este verano aún más, porque el atentado de Túnez ha hecho bajar ese destino», dice José Vicente Martínez, director de «Romeu y CIA». Incluso llegan en el ferry de la mañana y se marchan por la noche después de hacer compras, a veces por encargo de una familia adinerada: «Hemos calculado que gastan una media de 1.500 euros, así que si lo multiplicamos por los 1.300 o 1.600 que vienen en verano en cada ferry (algunos días dos veces), suponen una inyección económica muy importante», insiste.

En el transcurso de los controles de divisas que realiza la Guardia Civil dentro de su cometido de resguardo fiscal son más de uno y más de dos los que declaran llevar más de 10.000 euros en efectivo; y en los controles de equipajes a la inversa, cuando se embarca en dirección a África, entre las maletas y los bultos envueltos en mantas y plásticos hay televisores a la última y todo tipo de «gadgets» tecnológicos que no se pueden conseguir en Argelia con la facilidad que en Europa.

Mientras la Sección Fiscal del Puerto de Alicante de la Guardia Civil autoriza devoluciones de impuestos (el «tax free» retorna el IVA a quienes residen fuera y se llevan con ellos las compras; por cada ferry se vienen sellando en torno a 400), el Grupo Rural de Seguridad revisa coches cargados hasta los topes, perros adiestrados del Grupo Cinológico descartan la presencia de explosivos, estupefacientes o tabaco (aunque no se trata de una vía conflictiva para el tráfico de drogas, el contrabando de cigarros sí tiene cierta presencia, y a lo largo de verano se han levantado unas 60 actas). Completan el despliegue del Instituto Armado técnicos Especializados en Desactivación de Explosivos o personal del Servicio de Información, con apoyo puntual de la Unidad de Seguridad Ciudadana de la Comandancia y compañías territoriales (que han tenido que ser requeridas para cubrir algunas variaciones de horarios no planificadas con antelación suficiente). Algún arma blanca como machetes o navajas y especies animales de comercio restringido -desde tortugas moras pegadas con precinto al coche a yakos de cola roja en su jaula- han sido detectados en los vehículos, entre 300 y 500 por barco.

El engranaje de seguridad funciona de forma coordinada con el Cuerpo Nacional de Policía, que desarrolla otros cometidos complementarios en el puerto. Especialmente los que se refieren al control de personas chequeando documentación para que no escape nadie con requerimientos policiales o judiciales a nivel español o europeo y que no acceda quien pudiera resultar una amenaza (con especial atención este año por alerta terrorista). La Policía Nacional refuerza para ello el personal en verano con un puesto de apoyo de la Unidad de Prevención y Reacción de Seguridad Ciudadana o con diez especialistas en fronteras en el Puerto y otros tantos en el Aeropuerto, pero además tiene un desafío importante en lo que al ferry se refiere puesto que desplaza un grupo de Tráfico Ilícito de Vehículos de Policía Judicial para determinar si se han manipulado bastidores mediante técnicas específicas como el retroquelado o injertos. La intención es evitar que salgan de Europa vehículos sustraídos, puesto que en esos casos la matrícula y la documentación suelen ser falsas; las de un coche sin avisos de robo.

Ramadán

Todos estos controles de seguridad constituyen la Operación Paso del Estrecho, que comienza con la fase de salida del 15 de junio al 15 de agosto y se solapa con la fase de retorno, del 15 de julio al 15 de septiembre. En especial el tráfico de pasajeros se intensifica en torno a los últimos días del Ramadán -tal y como explica Cherifi Ikbel, representante en España de la naviera, la empresa pública argelina ENTMV-, lo que significa que este año las semanas previas y posteriores al 15 de julio fueron las más intensas y que el año que viene lo serán en torno al 5. Pero no es esa la única fecha crítica, y es que precisamente la Dirección Adjunta Operativa de la Policía Nacional decidió la pasada semana ampliar el refuerzo hasta el 30 de septiembre en Alicante, teniendo en cuenta que se esperan desplazamientos en torno a la Fiesta del Cordero.

Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del estado tienen previsto haber controlado 25.000 vehículos y 100.000 personas al cabo de la Operación Paso del Estrecho, en un año en el que se han puesto en marcha dos medidas encaminadas a mejorar el servicio de seguridad y resguardo fiscal del Estado, en concreto establecer un periodo de duración de las operativas de desembarque y embarque de un máximo de dos horas y media y delimitar un marco horario para conseguir que no se produzcan excesivos retrasos en un servicio del que muchos argelinos hacen uso comprando sus billetes a última hora, después de viajar miles de kilómetros hasta Alicante sin saber a ciencia cierta si podrán coger el ferry un día o al siguiente, en qué horario zarparán o atracarán.

Largas colas ante la taquilla para hacerse con un billete (el más barato de ida y vuelta, de butaca y sin vehículo, cuesta 220 euros), noches en el parking en una colchoneta al raso e incidencias sanitarias por el calor y las aglomeraciones son algunos de los conflictos más habituales en una línea de ferry que da servicio a toda Europa desde Alicante y de la que se sirvieron 187.105 personas en 2014, y más de 200.000 cada año los cinco anteriores, según datos de ENTMV. Tan solo en el periodo de dos meses que dura la Operación Paso del Estrecho, en 2014 accedieron a Alicante 51.435 pasajeros y embarcaron 49.381, llegando con 10.003 coches y marchándose con 14.928.

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